Julián García
LA PATRIA | PALESTINA
Jesús Antonio Guissao se levanta todos los días a las 5:30 de la madrugada a deshierbar y a cosechar maíz en una pequeña parcela que tiene alquilada frente a su casa, en la vereda La Plata, de Palestina.
Sus 100 años de vida no le restan salud. Ve, oye y camina como si fuera un joven. Celebrará su centenar el 19 de septiembre. Recuerda que nació en 1.919, cuando iniciaba el Partido Alemán de Los Trabajadores, al que más tarde pertenecería Adolf Hiltler, y que nació el mismo año en el que las mujeres obtuvieron el derecho a votar desde los 21 años de edad.
Guissao es oriundo de Frontino (Antioquia). A los 28 años llegó a esta vereda caldense en busca de un mejor futuro para su familia. Desde ese entonces, no ha parado de arar la tierra. Lleva 72 años siendo agricultor.
Se acuerda que de joven quería aprender a leer y a escribir, pero le tocaba hacerlo por sus propios métodos, pues su familia no pudo darle estudio y en vista de las pocas posibilidades que tenía de pagarse una escuela compró unas cartillas para estudiar en casa. Así fue como aprendió lo poco que sabe de lectoescritura, y su oficio lo aprendió con el día a día.
“Aún no necesito gafas para ver, eso es para los jóvenes. Conozco muy bien los billetes y sé firmar, para qué más”, dice. No tiene muchos recuerdos de su tierra natal. Comenta que no le quedó familia allá y que los pocos que tenía se han muerto.
Su rutina
A pesar de sus años se siente vital para seguir trabajando. Se apoya en un chamizo cuando está cansado. Los años y el trabajo duro le han sacado callos en sus manos, pero sigue empuñando perfectamente el azadón, el machete y otras herramientas agrícolas.
A mediodía sale a almorzar, como cualquier trabajador, reposa un poco y regresa de nuevo a sus oficios.
Usa cachucha para resguardarse del sol. Es de piel morena. Don Jesús apuntala el palo y se agacha para platear unas matas de maíz y cuenta: “Cada rato me dicen que deje de trabajar, pero yo no me amaño sentado, además tengo obligación y necesito plata para gastar. No me gusta recostarme a los hijos”.
La semana pasada limpió un tajo de tierra de 100 metros para sembrar frijol y unas sábilas. “A veces me duelen los brazos y las piernas, pero es normal a mi edad”.
El colegio José María Carbonell de La Plata lo va a homenajear el mes entrante, con un desfile y un reconocimiento, pues habitantes de la zona dicen que Guissao es ejemplo de vida.
Vive con Berta Quintero, de 88 años.
* Tiene 4 hijos: 3 mujeres, 1 hombre.
*15 nietos y 16 bisnietos le alegran la vida.
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