Jóvenes les construyen casa a ancianos en Pácora

Óscar Yhony Restrepo

LA PATRIA | Manizales

La historia de la casa de los viejitos de la vereda San Francisco empezó el 3 de mayo, Día de la Santa Cruz. Un grupo de jóvenes de la zona urbana de Pácora se unieron por una linda labor: donar mercados en medio de esta pandemia.

Estaban en esas cuando se enteraron de que en esa vereda, en la vía que conduce al corregimiento de Castilla, había un caso muy especial.

Dos adultos mayores, Israel y Romelia, estaban en muy malas condiciones de salud, vivienda e higiene. "De ahí en adelante nos pusimos en la tarea de buscarlos", comenta Miguel Ángel Montoya, integrante del grupo.

Verificaron que los ancianos vivían solos y que subsistían por la caridad de los vecinos y de otras personas de buen corazón del corregimiento que les llevaban alimentos.

También el grupo se dio cuenta de las malas condiciones de la vivienda, que no contaba con agua potable y tampoco recibía agua de una fuente directa. Eran los vecinos los que les proveían el líquido con mangueras, para que pudieran cubrir sus necesidades básicas.

La casa estaba a punto de colpasar por las goteras y sus paredes en mal estado, le faltaba un baño con sanitario y la cocina era un fogón para hacer de comer en leña, pero desvencijado. Romelia sufre artrosis severa; Israel, de la presión arterial y ambos de los achaques de la edad que dificultan su movilidad.

La misión

Los jóvenes líderes al ver estas condiciones se propusieron mejorar la calidad de vida de estos adultos mayores. Crearon la campaña Por un techo. "Iniciamos con comunicados por las redes sociales, de inmediato recibimos el apoyo de pacoreños residentes en el pueblo y fuera de él, quienes se vincularon aportando en dinero y especie".

Se tumbó la casa vieja, se limpió y adecuó el terreno y se construyó una nueva, se pintó y amobló.

Dicen los jóvenes que la mayor alegría fue instalarle el agua para todos los servicios y el regreso de los ancianos al hogar. "Momentos de lágrimas, risas, no sabemos describir lo que vivimos al verles la felicidad en sus ojos el sábado de la semana pasada".

Los gestores de esta causa agradecieron a las personas que colaboraron, muchas de manera anónima, a la construcción y la dotación de la vivienda. Anotaron lo jóvenes que resulta motivador saber que encontraron un médico que atiende a Israel y Romelia, y que la comunidad de San Francisco les sigue aportando mercado para su subsistencia.

La obra se entregó con bendición sacerdotal.