LA PATRIA | MANIZALES

Todo empezó en una sencilla conversación callejera, con el tiempo se fueron concretando las ideas y en solo cinco meses les organizaron un evento que hizo sus sueños realidad. Siete quinceañeras de Belalcázar vivieron la fiesta soñada.

La iniciativa fue de la patrullera Íngrit Stefany Paz Osorio, del Grupo de Prevención Ciudadana del Departamento de Policía Caldas.

Ella mencionó que en marzo, revisando documentación de un grupo juvenil que lidera en la institución, se dio cuenta de que curiosamente siete de sus integrantes cumplían 15 años.

Sin dudarlo, sacó adelante la idea para celebrarles lo que se considera la fiesta más anhelada de toda mujer. Sus comandantes la apoyaron, lo mismo hicieron las mamás de las quinceañeras, pero solo una duda rondaba en el ambiente: Los recursos para el festejo.

Se reunieron y decidieron programar ventas para recaudar el dinero necesario, pues en una época electoral no querían que nadie se aprovechara del momento. Tamales, empanadas y comestibles hicieron parte del menú para iniciar con este sueño. Con lo recaudado consiguieron los vestidos, la torta y todo lo necesario.

La patrullera gestionó la iglesia, el sacerdote, el lugar del festejo y era la encargada de alimentar el ánimo entre el grupo para seguir adelante. También convocó a sus compañeros de la estación para que fueran los edecanes. Ellos se vistieron con el uniforme más elegante. La ocasión lo ameritaba.

Nervios

Llegó el día señalado, se reunieron en la estación, de allí salieron y caminaron por la principal calle del municipio hasta llegar a la iglesia y el padre Rodolfo, en su homilía dedicada especialmente a ellas, les dio la bendición y oró por estos eventos de solidaridad. El alcalde municipal y varios de sus secretarios de despacho estuvieron presentes.

Al salir del templo una calle de honor policial engalanó el momento y algunas mamás lloraron. Luego fueron acompañadas nuevamente por la carrera 4º., tomadas del brazo de sus edecanes, varias personas aplaudían mientras caminaban hacia el auditorio de la Biblioteca Municipal.

Allí sobraron fotos, torta, canciones, vals y lágrimas de alegría por un sueño cumplido. Varias viven en veredas y otras en barrios vulnerables, por lo que para ellas era difícil imaginar una celebración así.

Las homenajeadas

Mariana, Brisa, Diana Carolina, María Camila, Antonia, Erika, Kendy y Vanessa.