DIEGO FERNANDO HIDALGO
LA PATRIA | MANIZALES
Invirtió cerca de $3 millones hace tres años y ahora los ahorros anuales alcanzan los $20 millones al año. Las cuentas las tiene claras Yeimy Arcila Orozco, de la finca El Porvenir, en la vereda Morrogordo, de Manizales. Ella instaló un biodigestor en su propiedad y hoy les saca provecho a los residuos de los cerdos y al lixiviado del café (miel que queda del lavado).
"Tengo una granja autosuficiente", señala la mujer, mientras camina por uno de los cafetales de la finca. Marca una sonrisa en su rostro para añadir que ya no tiene que comprar la pipa de gas de 40 libras que solía adquirir cada mes. Además, se ahorra el 80% de la energía eléctrica con la que alumbra a los lechones, pues pasó de pagar $100 mil a $20 mil de energía). Fuera de eso no debe destruir el bosque para conseguir leña y hacer de comer.
"Hay que tener, como mínimo, 12 cerdos para poder producir el biogás. Al día se pueden generar hasta 5 metros cúbicos", indica. Su biodigestor es de 12 metros de largo por 12 de ancho, más una profundidad de 1,50.
Nelson Tamayo Osorio, manizaleño que se encargó de instalarlo, indica que los biodigestores se convierten hoy en una valiosa alternativa para el tratamiento de los desechos orgánicos de las explotaciones agropecuarias. En un trabajo con la Alcaldía de Manizales han llevado este sistema a las veredas Aventino, Hoyo Frío, Morrogordo y Morrocaliente.
"Se trata de un sistema en el cual se capta el estiércol de la finca, principalmente de los cerdos, bovinos y cabras, que luego se depositan en un redactor o fermentador especial. Al cabo de un tiempo, y de acuerdo con la temperatura, ese caldo de estiércol se fermenta con agua y se convierte en gas metano para cocinar o darles calefacción a los pollos o lechones. El más sencillo y económico es el efectuado con plástico amarillo", dijo.
Omaira Orozco, madre de Yeimy, invita a pasar a la cocina de la casa para brindar un auténtico café de finca y mostrar la potencia de la llama que genera el gas que produce el biodigestor, que alcanza hasta los 30 centímetros. Yeimy, mientras tanto, relata que lo primordial es buscar a un experto para que lo instale, pues muchas personas lo han intentado y perdieron su plata. Además, hacerle mantenimiento.
Y siguen los beneficios. Asegura que ya no tiene que comprar fertilizantes, pues el residuo final se convierte en bioabono. Son casi mil litros en dos días, que le sirven para abonar unos 800 árboles de café con mejores cosechas y regeneración de suelos. Esto, explica, le genera un ahorro cercano a los 7 millones de pesos al año, incluyendo lo que costaría la mano de obra. Adicional, dice que a veces le sobra biabono que vende a $1.000 el litro a algunos vecinos.
"Es decir, no solo economizo, sino que gano. En total, con cuentas por encima, el ahorro puede estar por los $20 millones anuales. Fuera de eso me van a certificar en buenas prácticas agropecuarias. Qué más puedo pedir", concluye.
Si desea conocer más sobre este sistema, comuníquese con Nelson Tamayo al 3103887309.
Establecer un biodigestor en la finca puede costar cerca de $3 millones. Entre los gastos se cuentan:
Nelson Tamayo Osorio explicó que son varios los beneficios que generan en la finca los biodigestores, pues se convierten en una alternativa valiosa para el tratamiento de desechos orgánicos de las explotaciones agropecuarias:
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