En transporte público, la incertidumbre crece en Manizales. Un ejemplo es lo ocurrido con la autorización para operar la ruta del Cosmobús, cuyos retrasos en el proceso licitatorio evidencian que los temas de transporte se siguen viendo manchados por problemas administrativos y prenden las alarmas en cuanto a la manera como se han venido regulando en las últimas décadas.
Las preguntas que deberíamos hacernos los manizaleños son: ¿es en verdad el servicio de transporte publico eficiente?, ¿las políticas públicas, diseñadas por la Alcaldía a través del Plan de Desarrollo, son suficientes para estructurar un servicio que influya directamente en la calidad de vida?, ¿las empresas son reguladas estrictamente con el fin de ofrecer un servicio de alta calidad a los ciudadanos?
Hagamos un análisis referente a los actores que se involucran en el transporte: el Estado, las empresas, el propietario de vehículos, conductores y los ciudadanos. Por un lado, se tiene al Estado, que a través de las leyes busca estructurar sistemas de transporte cómodos, seguros, accesibles y de calidad para mejorar las condiciones de vida de las personas. Sin embargo, la falta de regulación sobre las empresas, cuyo patrimonio depende de la cantidad de vehículos que puedan poner en operación en las calles, ha hecho que tengan tal autonomía, que prestan el servicio a conveniencia. Además, estas se convierten en empresas afiliadoras, inscribiendo vehículos de propiedad de terceros para prestar el servicio, cobrando una mensualidad a los propietarios de los vehículos como derecho para explotar económicamente la ruta. Aquí se observan temas netamente de comercio, dejando a un lado la calidad del servicio, ya que al propietario le interesa una alta movilización de pasajeros y por ende su vehículo debe estar circulando la mayor cantidad de tiempo. Siguiendo con los actores, se tienen los conductores, los cuales ajustan su salario dependiendo del número de personas que movilicen en el día, promoviendo lo que se llama “la guerra del centavo”. Por último tenemos los pasajeros, quienes se ven afectados por los intereses de los demás actores, pagando sumas altas de dinero para un servicio poco eficiente, inseguro y sin comodidad.
Por otro lado esta el crecimiento del parque automotor, especialmente de las motocicletas, que entre 2010 y 2015 ha aumentado un 164% acentuando más el problema del transporte, ya que las vías más importantes están llegando al límite de la capacidad en las horas picos, lo que se traduce en mayores tiempos de viaje. Esto ha sido evidenciado en un estudio hecho por la Universidad Nacional de Colombia sede Manizales, que determina que algunas zonas de la ciudad han llegado a perder hasta el 33% en sus tiempos de viaje entre 2010 y 2014, lo que demuestra la fragilidad y el retroceso en el servicio.
Otro factor que influye en el crecimiento del parque automotor es la falta de oferta de transporte público para una parte de la población. Sin embargo, para determinar la oferta adecuada son necesarios datos actualizados de la demanda, y para Manizales el último estudio de este tipo se hizo en el 2001. Es por ello que la ciudad requiere una Matriz Origen-Destino con toma de datos, y no una actualización como se ha hecho en años anteriores para realizar cualquier acción en temas de infraestructura y transporte público.
Así que la licitación de la ruta de Cosmobús es un problema puntual de un tema que requiere soluciones integrales.
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¿Las políticas públicas, diseñadas por la Alcaldía a través del Plan de Desarrollo, son suficientes para estructurar un servicio que influya directamente en la calidad de vida?
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