Debo confesarles que tenía muchas expectativas sobre la película Colombia Magia Salvaje. Todas se cumplieron: Primero, el teatro estaba lleno; fueron dos horas en las cuales viví mi Colombia con una fotografía y una calidad cinematográfica impecable. Además, tuve toda clase de emociones: me reí con el cachorro de oso; me enamoré de las colas entrelazadas del mono tití; también me tapé los ojos con la historia violenta de los pichones de pelicanos y por último se me salieron las lágrimas con la minería que desangra nuestra tierra.
Cuando salí del teatro tenía muchos sentimientos encontrados: quería irme de viaje y conocer todos esos paisajes que me faltaban por vivir y que no sé cuánto más van a durar. Estaba triste y preocupada porque lo que acababa de ver está bajo una amenaza de destrucción demasiado poderosa. También me sentía orgullosa por ver a mi país en la pantalla y saber que es el documental más visto de Colombia. Solo espero que muchos de nuestros niños vayan a verlo y conozcan la increíble biodiversidad que tenemos. Porque desde hace algunos años trabajo con niños enseñándoles la fauna colombiana y tristemente la ignoran. No saben qué es una danta o un perro de monte y aprendieron la “J” de Jirafa pero no la “C” de Coatí. Ven un jaguar y dicen: “mira el tigre”, pero vaya pregunte sobre el oso panda ¡lo saben todo! y no tienen ni idea que el oso de anteojos existe y además que está en el Parque Nacional Natural los Nevados.
Colombia es tan increíble que faltarían por lo menos seis películas para mostrar nuestra maravillosa diversidad de paisajes y vida salvaje. Por ejemplo, las aves o especies en peligro de extinción sería un éxito taquillero. Aplaudo al grupo éxito por este excelente documental, su difusión masiva y
la entrega de bonos de descuento, que han hecho que muchos colombianos vayan a una sala de cine y se maravillen con esta tierra mágica. Porque estoy convencida que solo lo que se conoce se ama y se conserva.
Para terminar y aunque desearía seguir hablando porque este tema tiene mucha tela que cortar -pero el espacio no lo permite- quisiera dejar esta reflexión: ¿hasta cuándo tendremos este tesoro? Ya que si seguimos como estamos este documental en 20 años será historia que le mostraremos a nuestros nietos, porque lo único que podrán vivir serán las llanuras desérticas del Amazonas, los ríos de mercurio y de color negro del petróleo y será un cuento de ficción los picos nevados, los páramos y una Colombia rica en agua.
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