LA PATRIA | Manizales
El médico Carlos Alberto Osorio lloró emocionado en dos ocasiones. Cuando se acordó de Juan Carlos Castillo (fallecido), uno de sus pupilos, y cuando se dirigió hacia los asistentes.
Osorio, quien laboró con el Once Caldas y el ciclismo colombiano durante 35 años, hizo la novena de aguinaldos en su residencia el pasado lunes con un motivo especial: reunir a las figuras locales que orientó como dirigente y médico en la Liga de Ciclismo y los equipos en los que laboró, Café de Colombia, Pilas Varta, Café de Colombia y Kelme, entre otros.
Solo faltaron Herman Loaiza y César Augusto Grajales por diferentes motivos. Los demás atendieron la invitación: Carlos Contreras, Nelson "Cacaíto" Rodríguez, Jhon Jairo "Ñato" Narváez, Rubén Darío Beltrán, Luis Alberto "El Pollo" González, Santiago Amador y Julio César Rodríguez.
Tampoco podía faltar don Fernando Gutiérrez, el entrenador de la mayoría de ciclistas de Caldas.
El encuentro se convirtió en un espacio para rememorar las jornadas memorables en las que los escarabajos locales brillaron en el país y el exterior. Los triunfos del Pelusa Ortegón en Chile y México, los embalajes del Diablo Beltrán, las condiciones de Contreras, las exhibiciones del Pollo González ante Luis Herrera, la guapeza del Ñato Narváez y la cuarteta de Caldas que dominó por muchos años los 100 kilómetros contrarreloj por equipos.
Don Fernando Gutiérrez también se emocionó al ver a sus pupilos juntos.
La cita quedó de repetirse, según el compromiso adquirido por todos.
Anécdota
En la década del 80, mientras algunos corredores actuaban con equipos europeos, Pilas Varta, Café de Colombia o Manzana Postobón se concentraban allí por temporadas. Entonces familiares y amigos les enviaban detalles a los escarabajos con los equipos nacionales.
A Édgar "Condorito" Corredor le mandaban arequipe. En uno de los viajes le enviaron de nuevo, pero como el equipo se concentró en una estación invernal, se demoraron para localizarlo.
Con el paso del tiempo los pedalistas se dieron cuenta que allí estaba el arequipe y uno de tantos lo probó. Un día por la noche el médico Osorio sintió un ruido, se levantó y vio como todos los corredores hacían fila con una cuchara para comer arequipe. Se lo devoraron todo y cuando se encontraron con Condorito Corredor le dijeron que el arequipe lo decomisaron en la aduana.
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