Vacaciones escolares, por dentro y por fuera de Venezuela

Óscar Veiman Mejía

LA PATRIA | Manizales

La pregunta es para una niña y una mamá venezolanas que viven en Manizales. ¿Qué es lo que más recuerdan de las vacaciones escolares en su país? La pequeña dice: "Mi papá trabajaba en una empresa que nos llevaba a centros recreacionales". La señora comenta: "Los estudiantes se iban a los pueblos y a la playa".

La dos, nacidas en Caracas, forman parte de las 819 mil 34 personas que huyeron de ese país ante las crisis económica y política, según el programa Frontera con Venezuela y Migración Colombia. En la capital de Caldas, la Fundación Sin fronteras habla de unas 250, de acuerdo con la asistencia a una brigada, pero aún no tiene el dato de alumnos.

La niña estudió hasta quinto de primaria en la capital venezolana. Llegó hace ocho meses. "Extraño mucho las vacaciones en mi país, sobre todo porque allá tenía mis amigos y mis otros familiares".

El hijo de la señora tiene nueve años y estudia en una vereda de la capital caldense. "Los niños aprovechaban para ir a encuentros vacacionales que preparaban algunas instituciones. Allá no teníamos las preocupaciones de aquí, extrañamos nuestra familia".

Acá

Un informe de la Unesco de noviembre del 2017 concluyó que su relación con el Gobierno de Venezuela ha tenido altas y bajas. Este organismo ha destacado avances del país en educación, pero en los últimos años ha reconocido el incremento de niños y adolescentes, en edad escolar, que no forman parte del sistema educativo y cuyo número ya ronda el millón".

El otro interrogante, también para ellas: ¿Cómo les parecen las vacaciones en Manizales? La niña, que vive en un barrio de la Comuna Atardeceres, señala que la pasó genial en las de fin de año pasado.

Recuerda: "Fui con mi mamá y mi hermanito a los centros comerciales Fundadores y Parque Caldas, conocí el Bosque Popular, el Bulevar de Chipre y el Monumento a los Colonizadores. Y en la Feria pasé muy rico".

Las cosas para la mamá y su hijo han sido complicadas. Ella describe: "Al emigrar no hemos tenido tiempo de tener vacaciones. Ha sido muy fuerte, pues al comenzar de cero estás es pensando en cómo obtener la provisión".

La madre de la niña trabaja en una empresa de la ciudad. La pequeña lamenta que allí no tengan programación vacacional para los hijos de los empleados. "Voy a esperar a ver qué dice mi mamá para hacer en este tiempo".

La mamá del niño de nueve años añade: "Una familia que apenas está llegando con las maletas, no tiene como costear unas vacaciones. De hecho, a mi hijo lo ha tenido que ver un psicólogo porque tiene duelo al dejar todo lo que lo rodeaba".

Sin embargo, ambas están agradecidas con la educación en Manizales. "La señora argumenta: "En Venezuela estudiantes no pueden asistir a clases por falta de alimentos o transporte. Además, muchos educadores han renunciado para emigrar".

Ayuda a la carrera

Germán Montoya, de la Fundación Sin fronteras, dijo que la idea es realizar una carrera atlética a finales de julio próximo para que la comunidad manizaleña ayude a las familias venezolanas refugiadas en Manizales. La idea es que sea en el Bosque Popular El Prado.

Martín Ramírez, secretario de Deporte de la ciudad, manifestó que llevaron a cabo una caracterización con venezolanos. "Vamos a apoyar esa carrera". Agregó que los niños y adolescentes pueden acceder a la oferta recreativa y deportiva que la Secretaría tendrá en estas vacaciones. "Mañana (hoy) tendremos definida la programación de los eventos".