Jorge Abel Carmona Morales*
La directora inglesa Helena Coan rinde un homenaje a esta actriz belga que se relacionó con las figuras del espectáculo más prominentes de su época, luego de haber convivido con los desposeídos del Régimen nazi en su país natal.
Directores como Billy Wilder, William Wyler, Fred Zinemann la tuvieron siempre dentro de sus estrellas favoritas para protagonizar varias de las películas más populares de los años sesenta y setentas. En esta película, no sólo se muestra la importancia que tuvo para el medio cinematográfico como una de las mujeres más bellas, más estilizadas y de mayor carisma que la industria del entretenimiento tuvo, sino las circunstancias difíciles que tuvo que pasar, desde su temprana infancia. Tal vez su carencia de amor durante esos años de niña, fue el principal motivo para prodigarse tanto a los niños y niñas más vulnerable de poblaciones desprotegidas del mundo, como una embajadora de buena voluntad de la Unicef. El miedo, la frustración y en ocasiones, la autodestrucción la envolvieron en una espiral de remordimientos que hicieron de ella una actriz perfeccionista, con una voluntad de hierro capaz de vencer los retos más fuertes que tuvo que enfrentar en sus 63 años de vida.
Foto/Tomada de https://bit.ly/2WNAR3c //Papel Salmón
El talento de Audrey Hepburn se vio engrandecido con ese enorme caudal de fraternidad que prodigó a miles de personas en el mundo entero.
El documental, de nombre Audrey: más allá del ícono, es valioso por las entrevistas a los personajes cercanos a la artista, así como por las palabras en la propia voz de Hepburn, de su marido Mel Ferrer, incluso de Andrea, su segundo marido. Todo ocurre de modo secuencial, contando y mostrando parte de su evolución personal y actoral. Al final, la directora, expone un poco melosamente el ensueño que siente por Audrey.
La infancia de este ícono de la actuación y de la moda fue especialmente dura. Hija de un vendedor de seguros de nacionalidad británica y de una aristócrata neerlandesa, vio como los nazis se apoderaban de toda Europa, con sus padres simpatizantes de la unión de fascistas británicos que tanto apoyaron ese advenimiento de un nuevo mundo y que realmente sumieron a estos países en un campo de concentración continental. En su propia voz, Hepburn cuenta cómo tuvo que aguantar hambre junto a los demás niños de su país, raspando cuanta lata de basurero o multiplicando milagrosamente las patatas para no morirse de inanición. A este clima exterior de dramatismo, se le unió el abandono de su padre un día nublado de 1935, con una Audrey de seis años, quien se mudó junto con su madre de Bélgica a los Países Bajos, donde no podía hablar un ápice de inglés debido a la prohibición de su madre.
Foto/Tomada de https://bit.ly/3jGGWa4 //Papel Salmón
Desayuno en Tiffany es una de las películas que más se recuerda de Audrey Hepburn.
De esa desolación de sus primeros años de vida fue salvada quizás por el ballet. Su estrella la hizo recorrer varios escenarios del mundo hasta que interpreta a Gigi en Broadway en el año 1951. Pero su éxito vertiginoso en el espectáculo se vio potenciado a través de William Wyler quien quedó atrapado por ese rostro angelical que le daría vida al personaje de Anna, la princesa europea que decide tomar un descanso en Roma y que será rescatada por un periodista interpretado por Gregory Peck. El repentino éxito le llega con su Oscar a mejor actriz a los 24 años de edad, para afianzarse en otras piezas fílmicas de renombre como Sabrina del mismo Wyler y Desayuno en Tiffany de Blake Edwards. De esas películas entabló una buena relación con el actor George Peppard, un veterano ya Humphrey Bogart, con Fred Astaire con quien cumple uno de sus sueños dorados que era bailar en una gran película junto a ese icono del espectáculo de Hollywood.
Foto/Tomada de https://bit.ly/3zJoIdP //Papel Salmón
Audrey Hepburn junto a su primer esposo, el actor y cineasta Mel Ferrer en Roma en 1955.
En ese ir y venir de producciones cinematográficas conoce a Mel Ferrer mientras grababan una película llamada Ondine de Jean Giraudoux. Con el actor y director californiano entabla una relación estable durante varios años hasta que se desgastó y finalmente terminó en divorcio. De este matrimonio quedó su hijo Sean Ferrer quien dirige actualmente la Fundación Audrey Hepburn. Tanto Audrey como Mel se consideraron personajes exitosos en su momento y su relación se tomó como un modelo de la felicidad en medio del espectáculo. Un psiquiatra italiano de nombre Andrea Dotti fue su segundo esposo con quien alcanzó cierto equilibrio emocional pero las infidelidades públicas y privadas del médico, terminaron con el matrimonio. De esa relación quedó su segundo hijo de nombre Luca.
El documental sugiere que la infelicidad de estas relaciones amorosas se dio por el vacío que había dejado su padre en la vida de la artista. Fue amada por tantos y también fue infeliz debido a unos pocos, precisamente las personas que más amó. Del abandono de su padre nunca se recuperó. Sin embargo, pese al resentimiento y al dolor que aquel exsimpatizante de los grupos fascistas británicos produjo en la actriz, ella decidió buscarlo y lo encontró. Ella y él, viejo y sin muestras de arrepentimiento, recomenzaron una relación rota por varias décadas, pese a lo cual Audrey no le recriminó, no le pidió explicaciones por su ida cuando ella era una niña. Quería una nueva oportunidad. Y ese amor que prodigó a aquel hombre se fue extendiendo cada vez más a todas y cada una de las personas que visitó por el mundo entero especialmente en el África, en países como Somalia cuyo estado de miseria conminó a los niños a la desnutrición, causa que ella abrazó como personal, como si la estuviera realizando para las personas de su familia.
***
Quizás Audrey Hepburn fue la mujer más popular de su generación. No solamente brilló como personaje del espectáculo, sino que fue una actriz respetada en el medio. Su elegancia hizo cambiar de opinión a Givency para querer vestirla, en lugar de Catherine Hepburn. Su talento se vio engrandecido con ese enorme caudal de fraternidad que prodigó a miles de personas en el mundo entero. Su elegancia, su dulzura y su mito seguirán creciendo con el paso de los años.
*Antropólogo. Magister en Filosofía. Universidad de Manizales.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015