JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
El año pasado, el 24 de septiembre, la Licorera de Caldas anunció con bombos y platillos que se conectaría al interceptor o al tubo paralelo a la Quebrada Manizales, que va desde la industria Progel hasta la Panamericana.
Esto con el fin de llevar inicialmente sus aguas domésticas y posteriormente de procesos industriales.
La noticia generó mayor entusiasmo en la región, teniendo en cuenta que es la única empresa que lo ha hecho, de unas 60 identificadas por la Andi en la zona industrial, 10 de ellas afiliadas al gremio, y que tienen esta responsabilidad de no echar más desechos a las quebradas. También existe el interés de conectar los barrios de los sectores industriales.
De acuerdo con el subgerente técnico de Aguas de Manizales, Juan Fernando Pareja, la intención tanto de esta entidad como de Corpocaldas es incluir a los industriales y residenciales de la zona, pues no pueden estar por fuera de la norma nacional, la Resolución 0631 del 2015 del Ministerio de Vivienda, y de la local, denominada objetivos de calidad.
A baldados
El tiempo se agota, ya que según el director de Corpocaldas, Juan David Arango Gartner, este se convierte en un primer proceso de una obligación ambiental que tiene el sector industrial y cuyo plazo vence en el 2021. Por eso, más que una imposición se trata de un proceso de concientización que se reinició con las empresas para cumplir con esta obligación.
Eso considerando el impacto ambiental que hoy se genera en afluentes como las quebradas Cimitarra y Manizales, a las que le caen cerca de 70 litros por segundo de desechos o de aguas residuales.
Es como vaciar por segundo unos 7 baldes, cada uno con capacidad de 10 litros, de aguas negras, malolientes y con altos porcentajes de materia orgánica en descomposición. Eso significa que en una hora caen a estas quebradas unas 25 mil 200 cubetas o baldes de residuos y en un día se llega a la desproporcionada cifra de 604 mil 800 baldes.
De estos, la Productora de Gelatina (Progel) genera cerca del 40% del volumen de vertimientos, seguido por Súper de Alimentos, Etex (antes Colombit) y La Licorera.
15 años de espera
Hoy la preocupación no solo es acatar la Ley, sino revivir la función de un interceptor que se empezó a construir desde el 2005, hace 15 años, con algunas interrupciones, y con una inversión que bordeó los $8 mil millones, recursos de tasa retributiva o pagos por el concepto de "el que contamina paga".
Sin embargo, hasta ahora ha sido poco su funcionamiento y, en medio de la larga espera, el gran tubo, con una longitud de 10 kilómetros, ya reporta daños en algunos sectores de la zona industrial.
La tarea
Las empresas lo saben y son conscientes del problema de contaminación que generan, por lo que tienen la tarea llevar las aguas a la quebrada lo más limpias posibles, cumpliendo con procesos de pretratamiento.
No se oponen al interceptor, pero saben que eso implica nuevas inversiones, incluyendo llevar un ducto hasta el colector, infraestructura por la que tienen que pagar, además de empezar a pagar un servicio de alcantarillado. También piden que se estudien tarifas diferenciales, pues según los cálculos, el cobro de una nueva tasa desbordaría sus gastos, justo en la actual situación que se encuentran de desaceleración económica por cuenta de la actual pandemia.
Esta situación llevó a Aguas a contratar un consultor para analizar esos costos, estudio que podría tener para fin de año.
¿Quién responde?
Se suma otro problema y es hacer un estudio financiero para determinar cuánto costará la reparación del tubo, y quién responderá por este o quién pondrá la plata, ya que Corpocaldas financió la construcción del colector hace 15 años.
De acuerdo con Corpocaldas, el interceptor se le entregó a Aguas, en un contrato de aporte bajo condición, ya que la entidad ambiental no puede operar infraestructura de servicios públicos, lo que sí tiene Aguas. "Allí se aclara que Aguas tiene que mantenerlo operarlo, actual tarea que deberá asumir, pues el tubo tiene desperfectos, daños que se produjeron por una de las múltiples avalanchas", explicó Arango Gartner.
Dicha tarea la tendría que asumir, sin que se pueda cobrar en las tarifas de servicios públicos a los usuarios.
El gerente de Aguas, Juan Carlos Penagos Londoño, dice que sí, pero que el tubo sigue siendo de Corpocaldas y no se puede dejar solo a Aguas con esta responsabilidad. Lo que sí tienen claro todos es que están al frente de un problema que tienen que solucionar por el bien de la región y el mejoramiento ambiental, para lo cual solo tienen 1 año.
El daño
Las últimas avalanchas afectaron el interceptor en varios sitios de su recorrido por la zona industrial. LA PATRIA constató ese problema detrás de empresas como Sistelén y Reahu, abajo de la Licorera de Caldas. Se estima que hay unos $2.700 millones de tasa retributiva de Aguas y Corpocaldas para obras concerniente al saneamiento y reparación.
La longitud
El tubo interceptor que recogería las aguas, tiene una longitud de 4,5 kilómetros en la primera fase de lo que construyó Corpocaldas y 5,1 kilómetros de la siguiente fase que hizo Aguas de Manizales. Todo el tramo va desde Progel hasta la intersección de La Enea y desde ahí hasta la antigua Playita. Faltarían por conectar 2,5 kilómetros para llegar hasta la futura Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), detrás de la Terminal de Transporte.
Cumplen en lo nacional
El director de Corpocaldas, Juan David Arango Gartner, recordó que las empresas tienen que cumplir con la norma nacional ambiental (631) y con la local. La nacional la cumplen Progel y Súper de Alimentos, y pagan tasa retributiva.
Sin embargo, aún tienen que someterse a la norma local, más exigente, ya que la Quebrada Manizales es un cuerpo receptor sensible, teniendo en cuenta que tiene poca agua lo que significa que tiene poca capacidad de asimilación.
Las empresas están en un parangón, pues si no se conectaran al interceptor, tendrían que cumplir con la norma de calidad que indica que solo pueden surtir un mínimo de carga orgánica de 10 miligramos por litro a las quebradas, contra un nivel de 80 miligramos que hoy emiten. Solo esto les implicaría más costos por seguir derramando sus aguas industriales en las quebradas. Reconoce que es vital pensar en tarifas diferenciales para que las industrias se conecten al interceptor. El mayor rigor lo recibirían empresas como Progel, Súper de Alimentos y Colombit.
Reparar y conectar
Juan Carlos Penagos Londoño, gerente de Aguas de Manizales, sostiene que la primera tarea será reparar dicho tubo, con el fin de determinar las condiciones de conexión. Adicionalmente, se contrató un consultor experto del sector del agua, Diego Fernández, con el fin de definir el esquema tarifario. La idea es que finalizando este año se tengan claras las estrategias de conexión y el esquema de financiación, con los aportes de Aguas de Manizales, de Corpocaldas y de los mismos industriales con el fin de tener un cierre financiero para arreglar el tubo y completarlo a la futura PTAR.
Aclara que la inversión para realizar la conexión industrial de la empresa hasta el interceptor la tienen que hacer los empresarios, acuerdo que se está definiendo en las mesas de trabajo. También explicó que los residuos industriales se tendrán que vertir con la norma de calidad o tener un pretratamiento. Si no cumplen, no es posible verter en la condición que salga del proceso industrial. "Recibimos agua industrial, pero no en cualquier condición", indicó.
La contaminación
Se estima que la carga contaminante de la zona industrial equivale al 50% de lo que se contamina en toda la ciudad.
La Planta de Tratamiento
*La Planta de Tratamiento de Aguas Residuales los Cámbulos es una obra diseñada para tratar un caudal promedio de 640 litros por segundo de las aguas residuales que actualmente se vierten al río Chinchiná.
* La estimación de Aguas de Manizales es que se beneficiarán unos 225 mil habitantes entre Villamaría y Manizales.
* La inversión ya se aumentó a $150 mil millones, $40 mil millones más de lo previsto.
> Germán López Gómez, gerente Toptec:
Estamos convencidos de las bondades del colector. Si logramos que el modelo tarifario y los costos del alcantarillado sean razonables, no veo problema. No sabemos si técnicamente está listo el colector. Además es vital que se complemente con la PTAR, no tendría sentido recoger las aguas para después tirararlas más abajo al río Chinchiná.
> Juan Eduardo Zuluaga Perna, presidente Andi:
Estamos de acuerdo con el proyecto, pero se tienen que generar condiciones claras sobre el agua que se entrega al colector y se reconozca el esfuerzo de las empresas. También, que el proyecto se integre a la PTAR para descontaminar las quebradas y ríos, y no solo canalizar en una parte, para después entregar el agua contaminada al Río Chinchiná.
> Liliana Lellesch, gerenta Progel
Apoyamos el proyecto, siempre y cuando se tengan en cuentan unas tarifas razonables y se consideren todos los esfuerzos que hemos hecho. Hemos realizado inversiones cercanas a los $15 mil millones en la planta de tratamiento de Progel, por lo que confiamos que tendrán en cuenta estas tareas. Esperamos con ansia las mesas de trabajo.
> Luis Roberto Rivas, gerente de la ILC
El proceso que implementamos ha sido importante. Este año se iban a llevar las aguas industriales, pero la pandemia retrasó todo. La meta es en el 2021. Por ahora persiste el interés de no prender la planta de destilación, no solo por los costos que representa, sino porque no hay permiso de Corpocaldas. Tenemos permiso para procesos de redestilación.
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