EFE | LA PATRIA | SAO PAULO
El hallazgo de miles de reales en los calzoncillos del senador Chico Rodrigues, aliado del presidente, Jair Bolsonaro, aviva viejas prácticas de la corrupción en Brasil, un mal que el líder ultraderechista dice haber erradicado en su Gobierno y que lo empujó a sacrificar a su "viejo colega".
La Policía encontró el miércoles 30.000 reales en metálico (unos 5.450 dólares) escondida en la ropa interior que Rodrigues usaba cuando la Policía irrumpió en su casa de Boa Vista, en el estado amazónico de Roraima, en una operación que investiga el desvío de dinero público destinado para combatir la pandemia de la covid-19.
El escándalo aumentó la presión sobre Rodrigues, senador por el partido conservador Demócratas, y Bolsonaro no demoró en oficializar ayer su destitución como vicejefe del bloque oficialista en el Senado bajo el argumento de que su Gobierno "combate la corrupción" independientemente de quien sea la "persona sospechosa".
El mandatario afirmó recientemente que la operación Lava Jato, que destapó una gigantesca red de desvíos de recursos de la petrolera estatal Petrobras y puso tras las rejas a innumerables políticos y ejecutivos del país, "acabó" porque en su Gobierno "no hay más corrupción".
Al asumir el poder en enero del 2019, Bolsonaro nombró como ministro de Justicia al juez Sergio Moro, el magistrado responsable por la Lava Jato y quien condujo a prisión al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva tras condenarle por corrupción.
Pero Moro renunció este año enemistado con el gobernante, al que acusó de intentar interferir políticamente en la Policía Federal, órgano que estaba bajo su coordinación en la cartera de Justicia.
Las artimañas de Rodrigues, quien ha defendido su inocencia, ocuparon las principales titulares de prensa en Brasil este jueves e inundaron las redes sociales, donde "dinero en el trasero" se convirtió en uno de los asuntos más comentados del país.
Los casos más sonados
El modo en el que el senador intentó esconder el dinero resucitó los capítulos más rocambolescos de la corrupción en Brasil, una lacra que se arrastra en el país desde hace décadas y que ganó más atención a partir del 2014 con la operación Lava Jato.
Desde entonces las operaciones anticorrupción se han repetido con frecuencia en Brasil, dando lugar a escenas inusitadas, como la montaña de billetes encontrada en 2017 en nueve maletas escondidas en un búnker del exministro Geddel Vieira Lima, hombre de confianza del expresidente Michel Temer y quien fue condenado por blanqueo de capitales y asociación delictiva.
La policía necesitó entonces 14 horas y siete máquinas para contabilizar miles de billetes que sumaron un total de 51 millones de reales, unos 8,4 millones de reales en el cambio actual.
El caso más recordado ayer en las redes sociales es el de un asesor del entonces diputado izquierdista José Guimaraes que fue arrestado en julio de 2005 cuando intentaba abordar un avión con cerca de 100.000 dólares escondidos igualmente en la ropa interior.
El escándalo obligó al entonces diputado y exguerrillero José Genoino, hermano de José Guimaraes, a renunciar a la presidencia del Partido de los Trabajadores (PT), formación de la que fue fundador al lado de Lula.
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