Un corazón grande para una obra en grande

Vanessa Sánchez

LA PATRIA | Manizales

250 personas entre pacientes terminales y familiares participaron de la Navidad en la casa de Doña Yolanda, una de las creadoras de la Fundación Voluntarias de Corazón, que recoleta comida e insumos médicos para ayudar a personas de escasos recursos con VIH, enfermedad renal, cáncer y discapacidad.

Este año además de pasearse por las plazas de mercado y fruver de la ciudad buscando alimentos en buen estado que se desperdician en estos lugares, también pretendían una celebración en honor a la vida. Yolanda, junto a otras dos voluntarias les tomó casi medio año preparar el festejo

Querían un día con actividades, música, comida y regalos. Tras una visita a medios de comunicación, contactos en la Alcaldía Municipal, Personería de Manizales, el presidente de la Junta Comunal del Barrio Lusitania y almacenes de cadena, recolectaron ropa, zapatos e ingredientes para preparar 350 tamales e igual número de natillas y buñuelos.

Incluso, los pacientes donaron 85 atados de panela para preparar la natilla que sirvió para el cierre del festejo.

“No quedó nada en los platos. Todos disfrutaron mucho, en especial un paciente de 70 años que salió de Cuidados Intensivos porque tuvo un accidente de tránsito y padece enfermedad renal. Aún así se animó a venir a la celebración”, contó Yolanda, la directora de la Fundación, quien tiene una sonrisa del tamaño de una patilla.

En grande

La celebración se inició a las 10:00 a.m. y se extendió hasta las 5:00 p.m.. Las escalas de la casa de la directora se convirtieron en las sillas de los asistentes quienes disfrutaron de una eucaristía en acción de gracias por la vida y su salud.

Luego los acompañaron artistas como Martha Trejos, Los Hermanos Uribe, El intérprete de Rafael del programa Yo me llamo, la Orquesta de la Policía Nacional, entre otros.

Pacientes de Palestina, Salamina, Supía y Chinchiná se sumaron al encuentro. Lo que más agradecieron fue que tuvieron en cuenta a sus acompañantes para quienes también hubo efrigerio, almuerzo, media tarde y al final lo más esperado: los regalos.

La Fundación Oncólogos de Occidente donó las cobijas, las Voluntarias de Corazón compraron 80 almohadas y repartieron kits de aseo con los productos que donaban de almacenes.

“En esta obra se unió todo el mundo. El año pasado fue muy sencilla, pero este la hicimos con todas las de la ley, porque los pacientes merecen todo”, recalcó la directora.

Quienes no pudieron asistir a la celebración también recibieron una Navidad en casa. Las voluntarias llevaron a los pacientes los regalos y la comida que prepararon con sus manos. “Hay pacientes postrados en cama que no pueden moverse y a ellos también le demostramos nuestra solidaridad”, concluyó.