Venezuela, ¡esa es la reina!

EL PREGONERO | MANIZALES

La señorita Venezuela, Ivanna Mariam Vale Coleman, se coronó anoche como la Reina Internacional del Café. La nueva soberana estuvo desde un comienzo como favorita para la corona, por lo que la decisión generó satisfacción en la mayoría de asistentes del Centro Cultural y de Convenciones Teatro Los Fundadores.

Las 23 candidatas desfilaron en trajes de fantasía y de gala. Ambas fueron ventanas para dejar ver su gusto. Ahí se deslució Brasil, mientras que Argentina, Aruba, Canadá, Colombia, Ecuador, Honduras y Venezuela lucieron hermosas prendas.

Brasil, que ya había bajado puntos en vestido de baño, salió vestida de futbolista, con shorts azules y una camiseta amarilla.

A la pasarela

La escenografía, la música y hasta los presentadores hicieron de la gala algo sobrio y elegante. Laura Acuña y Ricardo Orrego fueron los anfitriones, y el pianista Ivann se encargó de dar todo un espectáculo.

La sencillez de los vestidos de Alemania no le ayudó. Usó colores muy opacos que no la hicieron brillar como en oportunidades pasadas. Argentina tuvo el mejor gusto para su indumentaria, pero definitivamente el rostro nunca le favoreció.

Al final, Venezuela, República Dominicana, Colombia, Honduras y -el palo- Aruba, integraron el ramillete de finalistas y debieron responder las preguntas del jurado.

Colombia no respondió con contundencia. A la pregunta de cómo mostraría la imagen de la Feria de Manizales en el mundo respondió en términos muy generales, sin demostrar mayor conocimiento sobre la mejor Feria de América.

Tras mucho suspenso, Honduras se ubicó como tercera princesa; Aruba, como segunda princesa; República Dominicana, primera princesa; Colombia fue virreina y la reina, Venezuela, que durante un año será la embajadora del café en el mundo.

La metida de pata

* La señorita Venezuela lució un muy trabajado vestido de fantasía. “Urimare: cacica indígena reina del guácharo. La princesa guerrera que entregó su vida para convertirse en ave”. El problema fue que esas alas se le convirtieron en un obstáculo. El vestido era tan bonito como encartoso. “No le faltó sino un panal de huevos”, comentó un asistente.

* A la representante de Bahamas le quedaron enormes las copas de su vestido, mientras que a Canadá le quedaron pequeñas.