COLPRENSA | LA PATRIA | POPAYÁN
En medio del acompañamiento de familiares y autoridades, el cuerpo de Yuliana Andrea Samboní llegó a Popayán, para luego emprender camino hacia la vereda El Tambo, zona rural de Bolívar, sur del Cauca. Regresó sin cumplir sus sueños, sin terminar de conocer la vida, luego de abandonar este poblado por la pobreza y la violencia.
Sus familiares así lo dicen, al expresar que a principios del 2012, Juvencio Samboní empacó, en un maletín escolar, tres mudas, para luego tomar una chiva que recorre los caminos rurales caucanos para llegar a la cabecera municipal de Bolívar, luego abordó un bus que lo trasladó a Popayán. Después otro que lo trasladó a Bogotá, donde quería ganar dinero, en cualquier empleo, su objetivo era conseguir un ingreso económico, porque atrás quedaba su esposa, y para ese momento, dos bebitas. No tenía, en ese momento, como darles de comer.
“Nos tocó salir porque la vida se puso muy dura en la finca, ya no teníamos comida, ni qué cultivar, además, a la vereda llegaron esa gente, amenazando, entonces con Juvencio decidimos irnos para Bogotá, a probar fortuna, gracias a que un primo del Huila, que estaba allá en la capital, le dijo que nos recibía, no lo pensamos dos veces, nos fuimos con poca ropa, cuando llegamos allá, el único trabajo era en construcción, empezamos en eso”, explica Miller Samboní, primo de Juvencio, al explicar porque esta familia caucana terminó en la capital del país.
Pasaron los meses, y Juvencio se fue acoplando al clima, a la lluvia, al frío, pero lo más importante, a la dureza de la ‘rusa’, como popularmente se le conoce a la construcción, su mismo primo lo reconoce, pero ahora, al ver a su ahijada Yuliana, como le decía de cariño, al interior de un pequeño ataúd blanco, se arrepiente de trasladarse junto a su primo a la capital. El cadáver de la niña, de 7 años, fue trasladado desde Bogotá en una Avioneta de la Policía Nacional, que aterrizó a las 3:15 de la tarde, en medio de una llovizna.
“Mire cómo llegamos, con tristeza, con este dolor, nos fuimos a buscar una mejor vida y un desgraciado nos arruinó la vida, nos hizo regresar, sin mi pequeña…”, fueron las palabras de Juvencio Samboní al conversar con el gobernador del Cauca, luego que este último le brindara un abrazo, una vez que toda la familia descendiera de la aeronave. En tierra, policías, socorristas, funcionarios públicos, soldados recibieron a estas personas para demostrarles que no están solos en esta tragedia.
Ya en tierra, y en medio de un silencio solo interrumpido por el sonido de una trompeta, se adelantó un recorrido por la pista del aeropuerto Guillermo León Valencia, en medio de una calle de honor. En principio, las autoridades tenían listo un helicóptero para trasladar a la familia y los restos de la menor hacia Bolívar, pero al final, los acompañantes pidieron a Juvencio que se adelantara una misa en la iglesia Nuestra Señora de Fátima, ubicada en el barrio El Cadillal. El compungido padre pidió a los militares y policiales acceder a la petición.
“Don Juvencio, acá hay un familia caucana que está con usted, antes que usted llegara, logramos realizar algunas gestiones para su familia, como la consecución de un lote donde vamos a construir su casa, todo gracias a la solidaridad de la ciudadanía, de los empresarios, de los comerciantes, esperamos con esos actos poder remediar el dolor por la partida de su pequeña”, fue la respuesta del comandante de la Policía en Popayán, coronel Pompy Pinzón, al autorizar que se realizara un recorrido hasta la iglesia donde se adelantó después un acto religioso para luego, y con el acompañamiento de una funeraria de la ciudad, emprender el camino hacia Bolívar, donde brindarán el último adiós a la pequeña.
“La vida es irónica, Juvencio se dio la pelea en la construcción para luego llevarse a Bogotá a su esposa y a las niñas, porque su meta era tenerlas todas en un casa, estaba ahorrando para el mismo construirla, eso era allá en la capital o acá en Bolívar, pero Dios, el destino, quiso otra cosa, Él sabrá hacer sus cosas, el altísimo por algo se llevó a Yuliana, ahora este regreso les dio una casa, ya al hombre le tocará rebuscársela de ahora en adelante”, acotó Miller Samboní, mientras participaba en el recorrido por las principales calles de Popayán camino a la iglesia.
A La Picota
A pesar de la orden del Juzgado 79 de Control de Garantías de Bogotá de enviar a la cárcel La Modelo al arquitecto Rafael Uribe Noguera, quien es investigado por su participación en el abuso sexual y homicidio de la niña de siete años Yuliana Andrea Samboní, finalmente fue enviado a la cárcel La Picota.
Según se estableció, en la cárcel La Modelo no había un pabellón en la que se le asegurara a Uribe su integridad y seguridad, por lo que el Inpec decidió recluir al arquitecto en la Unidad de Tratamiento Especial (UTE), o celdas de aislamiento de La Picota.
Según el Inpec, en dichas celdas no hay contacto con los patios del penal, y usualmente ese lugar es empleado para recluir a los presos que han incurrido en algún acto de indisciplina, o que no pueden convivir con los demás reclusos.
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