Macías se despidió con sus jugaditas de saboteo

COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ

Jugadita es la palabra con la que se despidió el sábado el saliente presidente del Senado, el uribista Ernesto Macías, quien, al parecer por un descuido, notificó al país cómo iba a sabotear el discurso de réplica de la oposición a la intervención del presidente, Iván Duque, tras instalar las sesiones del Congreso.

Como ocurrió el 7 de agosto del 2018 con su discurso incendiario, amenazante y revanchista volvió a opacar el del mandatario de los colombianos, en esta ocasión por torpeza.

La 'jugadita' o 'broche de oro', como se le catalogó al saboteo de Macías a la oposición, se dio en el momento en que se esperaba que Duque iniciara su discurso y el senador hablaba con el micrófono abierto y le contó a su compañero de mesa, al primer vicepresidente, Eduardo Pulgar, del Partido de la U: “Es que nos toca, por obligación, que ellos hablen después del presidente. Y entonces, si le pido a la comisión que acompañe al presidente y los saco de aquí, eso no lo saben. Esa es mi última jugadita de presidente”.

Por la ley del estatuto de la oposición, esta puede intervenir en la misma sesión para replicar al mandatario de la República. En esta ocasión el ungido fue el senador Jorge Robledo, del Polo Democrático, quien en su momento fue considerado como el jefe de la oposición.

Tras lamentar el gesto de mal gusto del senador uribista en la instalación de las sesiones, recordó que en el año que estuvo Ernesto Macías al frente de la corporación fueron varias las 'jugaditas' que hizo en su contra o de la bancada no oficialista.

Robledo señala que fueron varios los momentos en que saboteó a la oposición, como, por ejemplo, cuando él realizó el debate al entonces fiscal general, Néstor Humberto Martínez, sobre su responsabilidad en el escándalo de Odebrecht, por decisión de Macías se levantó la sesión.

Otras jugaditas

Durante el paro universitario en octubre del año pasado, el expresidente del Senado cortó la intervención en la plenaria de Jennifer Pedraza, líder estudiantil y alumna de la Universidad Nacional, quien no alcanzó a exponer lo que tenía preparado. "Termine niña, tiene 30 segundos", le dijo

Dilató la decisión sobre las objeciones a la ley estatutaria de la JEP. El 19 de diciembre del 2018 recibió el texto final revisado y aprobado por la Corte Constitucional. Su tarea era firmarla y enviarla al presidente de la Cámara de Representantes, Alejandro Carlos Chacón, para que hiciera lo mismo. Luego, el proyecto pasaría a sanción del presidente Duque. 10 días después de regresar de vacaciones, Macías firmó el texto final y lo envió a la Cámara de Representantes para la aprobación de Chacón.

Tras revisar y contrastar el texto recibido con su equipo jurídico, Chacón denunció que se encontraron omisiones. Entre los apartes pasados por alto estaba, por ejemplo, la frase “proteger los derechos de las víctimas; contribuir al logro de una paz estable y duradera; y adoptar decisiones que otorguen seguridad jurídica”.

Ese mismo día, Macías dijo que la frase fue omitida por culpa de un error de impresión: “En algunos casos la impresora se desconfigura y no imprime el último renglón”, afirmó.

El 8 de abril la Cámara de Representantes rechazó las objeciones, pero Macías radicó una tutela ante el Consejo Superior de la Judicatura en contra de la votación porque, según él, se incurrió en un vicio de procedimiento porque el Senado tenía que votar primero.

El 9 de abril los senadores Iván Marulanda y Alberto Castilla presentaron el informe de ponencia que rechazaba las objeciones a la JEP. Los senadores del Centro Democrático encargados del informe positivo no lo hicieron. Macías fijó la votación de las objeciones para el 29 de abril, ese día quiso impedir la participación en el debate de Iván Cepeda por medio de una recusación. Macías aseguró que el senador del Polo Democrático estaba impedido porque su esposa, Pilar Rueda Jiménez, es asesora del despacho de la Unidad de Investigación de la JEP. La decisión de Macías desencadenó una feria de recusaciones.

El 30 de abril la Comisión de Ética del Senado negó las siete recusaciones. Esto dio vía libre para iniciar –por segunda vez– el debate. Se votaron más impedimentos y se apelaron otros del día anterior. Tras siete horas de debate, Macías pidió que las objeciones fueran votadas punto a punto y no en bloque como estaba previsto. Su propuesta fue rechazada por la mayoría de los senadores que exigieron la votación de las ponencias. Tras la votación, la oposición logró 47 votos. Según el presidente del Senado, se necesitaban 48. Según la bancada a favor del proceso de paz, 47.

El 1 de mayo el debate para votar por tercera vez consecutiva las objeciones debía empezar a las 10:00 de la mañana, pero empezó casi a la 1:00 de la tarde. Además, el presidente del Senado no anunció en el orden del día el debate de las objeciones. Según él, “un error involuntario”, nuevamente, se aplazó el debate.

El 2 de mayo como la tercera no fue la vencida, hubo un cuarto intento. Luego del mediodía Macías abrió nuevamente la votación de las ponencias. Sin embargo, las bancadas de los partidos Conservador, Liberal, de La U y Cambio Radical se salieron del recinto y rompieron el quórum. Según anunciaron, pretendían evitar que el uribismo siguiera dilatando el debate. Al final la Corte Constitucional confirmó que la objeciones fueron rechazadas.

Reclamos

La oposición igualmente exigió al senador uribista mayores garantías para sus intervenciones y el trámite de los proyectos de ley. La senadora de la lista de los Decentes Aida Avella cuestionó durante las últimas sesiones del periodo pasado a Macías porque los proyectos de ley de autoría de la oposición no los incluía en la discusión del orden día.

La Fuerza Alternativa del Común ( Farc) también se vio afectada por las “jugaditas” de Macías. La situación más clara ocurrió en la última semana cuando el saliente dignatario se negó a dar posesión en su cargo al senador Israel Zúñiga o Benkos Biohó, quien es el reemplazo del prófugo Iván Márquez.

También en el epílogo de su gestión, Macías promovió la instalación de una placa en honor a la gestión que como senador y expresidente de Colombia ha hecho Álvaro Uribe. Este tipo de homenaje es prohibido por ley. La misma se ubicó a pocos metros del salón de sesiones del Senado.

Macías se pronunció ayer a través de su cuenta en la red social Twitter sobre su saboteo a la oposición, lo hizo con un corto mensaje: “Respuesta para algunos de mis críticos: cometí un error, pero nunca he cometido delitos”.

Lo hecho por Macías podría llevarle a que la Procuraduría abra un expediente disciplinario en su contra, como también que la Comisión de Ética del Senado le investigue e imponga una sanción. Ninguna de las dos posibles situaciones le llevarían a perder su curul.

La agenda legislativa del Gobierno

El presidente, Iván Duque, terminado el discurso de instalación de las sesiones del Congreso de la República, fue a radicar un paquete de proyectos de ley que para su Gobierno tienen especial prelación en esta legislatura.

El principal es el relacionado con el paquete de normas anticorrupción, el que prohíbe la casa por cárcel, que se hundió en la legislatura pasada.

Impulsado por la vicepresidente, Marta Lucía Ramírez, se radicó un proyecto de ley que busca prevenir los hechos de corrupción.

Otro proyecto es la ley de honores por medio del cual se asciende de forma póstuma a los estudiantes de la Escuela Francisco de Paula Santander, quienes murieron el 17 de enero luego de un atentado del Eln.

Dos iniciativas más que inician su trámite y pertenecen al Gobierno, es el que regula los consultorios jurídicos de las instituciones de educación superior y el que modifica la ley 1563 de 2012, por medio de la cual se expide el Estatuto de Arbitraje Nacional e Internacional.