Las marionetas en contexto bíblico
Señor director:
Tomar decisiones libres, autónomas y responsables, es una de las claves de la formación en la educación integral. Si haces algo obligado, no vale. Si te presionan de tal modo que no puedes actuar de otra forma, no vale. Pero si lo haces porque te nace, quieres hacerlo y surge de una moción interior, responde por lo que haces. ¿Quién quebró este vidrio? Yo lo hice, levantó la mano el alumno. ¿Qué hay que hacer? Preguntó. Repararlo, le contesté.
Las marionetas se apoderaron de unos dineros que eran para el bienestar de las comunidades. Creo que ya están diciendo: yo lo hice. ¿Y qué hay que hacer? Reparar, devolver esos dineros es lo fundamental. Y pagar una pena según la ley para reordenarse de nuevo. Quiero ubicar a las marionetas en el contexto de la Biblia, en concreto en el libro de los Hechos de los apóstoles 4, 32-5,11. “Todos los creyentes pensaban y sentían lo mismo. Ninguno decía que sus cosas fueran solamente suyas sino que eran de todos. No había entre ellos ningún necesitado, porque quienes tenían terrenos o casas, los vendían, y el dinero lo ponían a disposición de los apóstoles, para repartirlo entre todos según las necesidades de cada uno. Así lo hizo el levita José de Chipre, quien vendió un terreno y puso el dinero a disposición de los apóstoles.
Pero hubo uno, llamado Ananías que, junto con Safira, su esposa, vendió un terreno. Pero de común acuerdo se quedaron con parte del dinero y el resto lo pusieron a disposición de los apóstoles. Pedro le dijo: Ananías, ¿por qué entró satanás en tu corazón para hacerte mentir al Espíritu Santo quedándote con parte de ese dinero que te pagaron por el terreno? ¿Acaso no era tuyo el terreno? Y puesto que lo vendiste, ¿no era tuyo el dinero? Porqué se te ocurrió hacer esto. No has mentido a los hombres sino a Dios. Ananías cayó muerto, al oír eso y los que vieron se llenaron de miedo. Unos jóvenes lo llevaron a enterrar. Unas 3 horas después entró Safira sin saber lo que había pasado. Pedro le preguntó: ¿vendieron el terreno en el precio que han dicho? Ella respondió: sí, en ese precio. Pedro le dijo: ¿Por qué pusieron a prueba al Espíritu Santo? Ahí vienen los que se llevaron a enterrar a tu esposo y ahora te van a llevar a ti también. Y Safira cayó muerta a los pies de Pedro”.
No ser solidario, no respetar los bienes comunes, no compartir es mentirle al Espíritu Santo que es el amor de una comunidad. Los de las marionetas están muertos espiritualmente, pero contrario a Ananías y Safira tienen la posibilidad de resucitar, que es según Juan, pasar de la muerte a la vida practicando el amor y el respeto por el bien común. Ser un verdadero político, defensor del bien común, es lograr actuar según el querer de un Dios que no es soledad sino trinitario, tres en compañía. Nos parecemos a Dios en comunidad, en compartir, en ayudar a los demás. Sé muy sensible a la dignidad humana de todo hombre y mujer. Comparte con amor.
Alirio De Los Ríos Flórez
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