Con la publicación de las cifras de mercado laboral para junio, es posible hacer un balance del primer semestre 2019. Comparando las cifras con el mismo semestre 2018, se evidencia que la tasa de desempleo aumentó en 19 de las 23 ciudades y áreas metropolitanas del país, destacando casos más extremos de incrementos en más de 3 puntos porcentuales en Montería, Ibagué, Florencia y Santa Marta, mientras solo 4 ciudades registraron disminuciones, pero de menos de 1 punto porcentual, que fueron Cartagena, Pereira, Barranquilla y Cúcuta.
Con este panorama, para el primer semestre 2019, las mayores ciudades con desempleo en el país son Quibdó (20,96%), Ibagué (17,01%) y Armenia (17,59%), y por su parte, las ciudades con el mejor desempeño son Barranquilla (7,74%), Cartagena (7,06%) y Pereira (8,83%). 
¿Cuál es el balance del empleo para Manizales en el primer semestre 2019? Manizales se ubicaría en el noveno puesto con menor desempleo en el país, con una tasa del 12,05%, 0,08 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada en el primer semestre 2018, cifra que estaría por debajo del desempleo histórico, donde el efecto neto es el resultado de una disminución mayor de la oferta laboral (participación) sobre la demanda laboral (ocupación), con diferencias de -1,96 puntos porcentuales versus -1,76 puntos porcentuales respectivamente, para un saldo de 184.747 ocupados y 25.245 desocupados.
Analizando el desempeño de la ocupación laboral, solamente 4 de 10 ramas registran mayor ocupación, en su orden: (i) construcción (más 1.769 ocupados); (ii) comercio, hoteles y restaurantes (más 1.497 ocupados); (iii) intermediación financiera (más 361 ocupados); y (iv) suministros de servicios públicos (más 144 ocupados). Por otro lado, entre las mayores pérdidas en ocupación se destacan: (i) industria (menos 2.553 ocupados); (ii) servicios inmobiliarios, empresariales y de alquiler (menos 4.549 ocupados); (iii) servicios comunales, sociales y personales (menos 727 ocupados); y (iv) transporte y comunicaciones (menos 580 ocupados). Y, según posiciones ocupacionales, se pierden empleos particulares en el sector privado (menos 1.262 ocupados), empleador (menos 1.540 ocupados) y empleado doméstico (menos 2.220 ocupados), mientras ganan empleados públicos (más 221 ocupados) y cuenta propia (más 900 ocupados).
De este modo, las cifras, luego de un primer trimestre bastante malo y una posterior recuperación en el segundo trimestre, dejan un balance claroscuro. Primero, se evidencia una estabilización de la tasa de desempleo entre el 11,5% y el 12% para la ciudad, donde existe menor participación, pero también menor ocupación. Segundo, los sectores que están absorbiendo nuevos empleos, puede reflejar una mejoría en la confianza de los consumidores, pero tiene el riesgo de ser reabsorción de ocupados informales de otros sectores, lo que podría incrementar los indicadores de informalidad. Tercero, preocupante que sectores vocacionales de la ciudad, como industria y servicios de valor agregado, estén aún desinflados. Cuarto, a pesar de esto, los indicadores relacionados con subempleo muestran reducciones importantes, especialmente por ingresos. Y, quinto, la bajada en participación se transforma en una mayor inactividad, una parte que se está formando, lo cual es positivo de cara a la productividad futura, pero otra buena proporción no lo está haciendo, lo cual sería un desaprovechamiento de capacidad productiva en edad de trabajar.