Fue la revista Semana la que, en julio de 2010, reveló las fotografías que evidenciaban la macabra práctica del Ejército de ejecutar de manera extrajudicial a ciudadanos para hacerlos pasar por guerrilleros. Una de ellas, tomada en Urabá, mostraba el cuerpo de un hombre con las botas al revés. Otras mostraban a los supuestos subversivos caídos en combate con botas de caucho nuevas, armados con revólveres viejos y los dedos en los gatillos en “una posición artificial, probablemente porque fueron puestas cuando ya los cadáveres tenían rigor mortis”, registró Noticias Uno en ese entonces.
Diez años después, el Gobierno, las autoridades militares y las policiales retornan a la práctica de “falsos positivos” para darnos la impresión de que están poniendo la casa en orden… cuando todos sabemos que al presidente, Iván Duque, el cargo le quedó grande. Es por ello que ya no es raro ver en las noticias videos de la Policía y sus actos de magia. Como el del balde de 20 litros al que le caben cuatro uniformes, un estuche de gafas y un celular con caja, como ocurrió en ese allanamiento a la casa de uno de los involucrados en el asesinato de unos jóvenes en Cali.
También está el decomiso de la narcoavioneta oxidada y con la cabina deteriorada que el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, celebró en redes sociales. O el de las curiosamente nuevas y limpias canecas amarillas incautadas esta semana en un laboratorio de cocaína en medio de la selva de Norte de Santander.
Preocupa que el minDefensa diga que la minga indígena que marchaba hacia Bogotá estaba infiltrada por el Eln y por la columna móvil Jaime Martínez de las disidencias de las Farc, y su mensaje se replique sin cuestionamientos en revistas como Semana. O que un influyente personaje cercano al poder, como José Félix Lafaurie, se empeñe en desestimar los argumentos de estas comunidades por el tipo de calzado que llevaban y esto se vuelva titular en un noticiero.
Olvidan que ya estamos curados en montajes mal armados y reconforta el saber que los indígenas recibieron el apoyo de la gente en las calles y que no hubo desmanes. Además, dejaron aseado el sitio donde se asentaron antes de regresar a sus territorios.
Entonces, como nada de eso sucedió, señalan a la minga de irresponsable por manifestarse en época de pandemia, como lo hizo el presidente de la ANDI, Bruce Mac Master. Este, sin embargo, apoyó la salida masiva de ciudadanos a las calles, en medio de la cuarentena, para que compraran electrodomésticos en los días sin IVA propuestos en junio y julio. Solo recapacitó cuando ya íbamos ¡para la tercera jornada! y la curva de contagios de covid-19 aumentó en el país. Nadie lo señaló.
Actos de irresponsabilidad como los de Mac Master, Lafaurie o Holmes Trujillo les deberían pasar cuentas de cobro, pero ya vimos cómo el Senado absolvió - con trampas - al ministro de sus constantes metidas de pata y alcahuetería a los abusos de autoridad. Los medios de comunicación debemos retomar nuestra tarea de dudar, preguntar e informar (en ese orden), y dejar de ser la caja de resonancia del Estado… de uno tonto, además.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015