A un día de haber inaugurado el puente vehicular sobre la glorieta de La Autónoma, ya rodaba por redes una imagen de un trancón en ese sector en las horas pico. La obra había reducido a un carril la salida de la rotonda que va de La Fuente hacia el oriente de la ciudad, la parte que colinda con la universidad. Nunca conocimos por qué se tomó la determinación de pasar de dos carriles a uno en ese costado de la glorieta.
¿Cuál fue el estudio de flujo vehicular que avaló esa determinación? Al respecto, la Corporación Cívica de Caldas envió un derecho de petición el 17 de mayo a la Secretaría de Obras Públicas de Manizales, el cual fue reenviado con insistencia el 7 de junio. Hoy, cuando ya se han vencido todos los términos, no se conoce ninguna respuesta. Por su parte, el trancón continúa, aunque se han tomado algunas medidas para mitigarlo.
En general, las obras públicas de movilidad requieren estudios de flujo vehicular que deben hacerse en la fase I, fase II y fase III del diseño y estructuración de los proyectos. Esto para determinar con precisión las soluciones de movilidad a las que deben responder las obras. No dar a conocer el estudio de flujo vehicular que sustentó la obra es una falla en la divulgación de información pública y en la transparencia de la gestión, pero además deja un mensaje de duda sobre la planeación del puente.
Ya en una columna anterior (“Debajo de los puentes”, del 6 de mayo pasado) advertimos que este puente, con adiciones y prórrogas, tuvo un sobrecosto del 18% y fue entregado 4 meses después de los 7 inicialmente pactados . En ese entonces señalamos que parte de las modificaciones en el contrato y la entrega se debió a la falta de previsión con los pozos de cimentación, con los suelos y con tuberías del acueducto.
Los documentos previos de la obra que se encuentran publicados en el SECOP no dicen nada sobre diagnósticos de flujo vehicular. Únicamente hacen una breve referencia a estudios de movilidad que hizo el Invama en 2010 y 2013, investigaciones que tienen 6 años de desactualización en una ciudad con un crecimiento acelerado en el número de vehículos.
Conocimos esos estudios que elaboró el Invama sobre la glorieta de la Autónoma en 2010 y 2013. La entidad estudiaba la posibilidad de hacer un túnel en ese mismo lugar. Para entonces se justificaba una obra así, sobre todo porque concluían, ya en 2013, que la glorieta “estaría trabajando fallada desde el año actual, lo anterior es debido que en algunas de las zonas de entrecruzamiento se estarían teniendo más de 2000 vehículos por hora, lo cual hace que la glorieta no funcione bien del todo, esto se aprecia claramente en el volumen vehicular que trata de entrar por el acceso sur, el cual desde el año actual sufre de importantes colas y demoras en la hora pico”. Decía que “existen varias intersecciones que estarían trabajando por encima de una relación volumen/capacidad de 80%, así como existen otras infraestructuras como la glorieta con relación volumen capacidad por encima del 100%, lo anterior permite concluir que la red como tal ya estaría fallando para el año 2013 en la glorieta.”
En conclusión, ya desde entonces las entradas y salidas de la glorieta, de dos carriles, presentaban colapso, incluyendo la entrada sur, que viene de La Fuente, y la salida hacia el oriente de la ciudad. De esa manera, no se entiende por qué hoy, aún con 6 años más de crecimiento vehicular, se tomó la decisión de reducir a un carril esta salida. Pudo pensarse que el puente permitiría una reducción en aquel tramo, pues ahora esta salida solo serviría para quienes venía del sur de la ciudad; sin embargo la congestión ya habla por sí sola. Como fuera, lo ideal sería que estuviera soportado por un estudio distinto a los de 2013 y 2010, los cuales no llegan a justificar una reducción de carriles.
Si se divulgaran esos documentos públicos tendríamos un diálogo más informado entre ciudadanía y gobierno. Pero hoy no se puede. Nos permitiría hacer un control político y social sobre los diseños y los estudios previos que soportaron el puente. Hoy los riesgos son, de un lado, que haya habido una equivocación que era evitable y hasta ahora ni lo sepamos; de otro lado, que en poco tiempo estemos obligados a otra obra y otro gasto sobre la misma glorieta.