Me decía uno de los buenos amigos que hace dos años al entregarle el resultado de un examen médico daba como resultado: "carcinoma agresivo y penetrante"; desde aquel momento está en tratamiento bajo radiaciones, quimioterapias y otras prácticas médicas que han sido positivas y le mantienen en vida con calidad y fuerza.
Nos encontramos en un consultorio médico y agradecimos los esfuerzos que sin duda los profesionales de la salud adelantan con sus pacientes, reconocimos los avances que en este campo de la medicina ha tenido la ciencia y constatamos que si bien se dan pasos positivos en la prestación de servicios, aún falta un cubrimiento mayor de usuarios que ojalá nuestros sistemas de gobierno consigan solucionar algún día.
Pero extendimos la conversación y llegamos a un coloquio interesante: mi amigo anotó que conocía un mal que está carcomiendo no solo a Colombia sino a gran parte de los países del mundo y personas y que se puede calificar de "agresivo y penetrante" en alto voltaje y número, nos referimos a la corrupción, cáncer social que naciendo del corazón humano se extiende a toda institución.
Una persona corrupta, falta de ética mínima y con costumbres engañosas y ansias de dinero o poder no tarda en perjudicar la institución a la cual pertenece, llámese familia, empresa comercial, sociedad civil o religiosa, conglomerado local o foráneo; se convierte en cáncer para el cuerpo social que de forma agresiva ya penetrante debilita, enferma hasta casi destruir el tejido social transmitiendo el mal a otros.
Ojalá al terminar este año logremos mirar si tenemos o no pizca o mucho de corrupción: la pereza, la hipocresía, las componendas, el manejo engañoso de dinero y otros bienes, mentiroso uso del tiempo, la infidelidad al cónyuge o a la empresa en la cual laboró, exigencias de prebendas, sobornos o pagos adicionales sin motivos, querer sacar ganancia a todo y a todos; esto es sin duda brote de corrupción personal que enferma el cuerpo social que entra en malos manejos de bienes, desvío de dineros, acaparamiento de ganancias solo para un interesado, cobros gigantescos y engañosos.
Ojalá esta Navidad que se avecina nos traiga la vivencia positiva del Adviento que es tiempo de revisión, conversión hacia la verdad y la honestidad, combate a toda corrupción; esto nos permitirá poder decir Paz en esta festividad del nacimiento de Jesús.
Al final recordamos que el cinco de diciembre se celebra el "día del bombero", motivo para agradecer a quienes a diario combaten la acción del fuego que es también "agresivo y penetrante": ellos y ellas son acreedores a cariñosa gratitud.
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