Hace algunos años, en la década del 90, existió en la zona del barrio San José una cooperativa fundada por el banco social llamada Codos, que agrupaba a los recolectores de basura de la época que con escobas, canastos y volquetas recogían los residuos de la ciudad por las calles y los llevaban hacia adentro del puente Olivares donde tiraban parte de la basura al río y otra parte la recogían clasificada para reutilizarla.
Por ese tiempo surgió la empresa que hoy ha tecnificado ese procedimiento, organizó un relleno sanitario y a los recolectores les dio rango, mejor salario y senderos de oportunidades de progreso, me refiero a Emas que ha sido alabada y copiada por otras ciudades con sus carros especializados.
Vale la pena recordar esta pequeña historia regional en este día dedicado al Reciclador: hombre o mujer que con dedicación, cuidado y servicialidad prestan el servicio de recolectores y clasificadores de los residuos o basuras haciendo que gran parte de estos elementos lleguen a ser reutilizados o transformados o bien reciban un tratamiento técnico a la altura de un servicio para el bienestar de los ciudadanos.
Hoy es día para agradecer a quienes reciclan los elementos recogidos de manera tecnificada y hacen posible mantener la limpieza y el manejo apropiado y a veces reutilizable de la llamada basura; su servicio es de inmensa validez y nuestra gratitud debe ser constante y grandiosa.
En el mundo encontramos mucha basura que si no la retiramos y reciclamos terminará contaminando y ahogando la calidad de vida; ojalá que en el proceso de paz en nuestro país encontremos recicladores patrios que sepan hacer de los obstáculos y tropiezos que estancan, desvían y abalean la paz medios para revisar e impulsar de nuevo este necesario camino que haga posible la vida pacífica pero en desarrollo del país.
Todos podemos ser recicladores de la paz: recoger la basura guerrera y de odios y convertirla en medio para facilitar la posibilidad de la esquiva paz en Colombia.