Mi amigo ha cambiado: este tiempo de encierro, tensión, aislamiento parece que como dicen hoy lo ha sumido en neurosis, estrés, actitudes no usuales en su diario vivir.
Me lleva esto a recordar de mano de la historia la vida de dos hombres y su aporte a la cultura que tiene que ver con la actual etapa de pandemia y paro forzado con las consecuencias que se van conociendo para la humanidad.
Ambos murieron un 23 de septiembre, Freud murió en 1939 dejando para la humanidad un legado desde su profesión; médico y siquiatra austríaco, creador del psicoanálisis que se adentra en temas tan nombrados hoy como la neurosis, el inconsciente, los sueños, las ilusiones.
Su aporte impulsó el valor de la interioridad humana que gesta muy dentro pensamientos y valores que se expresan en la acción. Si bien habló de la religión como una neurosis Jung comentó que si para Freud la Religión es una neurosis colectiva, por el contrario la falta de religión viva y auténtica es causante de múltiples neurosis.
Aludiendo al tema Freudiano Hans Kung anota: “La neurosis característica de nuestro tiempo no es ya la represión de la sexualidad y la culpa sino la falta de orientación, la ausencia de normas, la falta de significado, la falta de sentido, el vacío para vivir”.
Pablo Neruda, poeta chileno murió el 23 de septiembre de 1973 y obtiene el premio Nobel de literatura 1971; su poesía expresa las crisis sociales y la disolución personal que abren una luz en la vida del auténtico amor.
Pensar y leer han acompañado a muchos en esta cuarentena; ojalá nos sirva para afianzar nuestra existencia en roca firme y sea trampolín que nos alce y lance adelante para vivir con entusiasmo el resto del existir.
Sin leer a Freud y Neruda Cristo sacudió la vida: a la Samaritana (Juan 4) en diálogo terapéutico le iluminó el pasado, el presente y el futuro y a los Apóstoles les movió su pensamiento:”¿Ustedes quién dicen que soy yo?” -Ojalá siga sacudiendo nuestra vida: es saludable como estar en el sillón o leer una hermosa y cantarina poesía.