Es frecuente escuchar la directriz dada a un deportista, un estudiante, un trabajador, una pareja en dificultades, una fe debilitada: póngale corazón al asunto, es decir no basta el deseo, el pensamiento, es necesario colocar amor en el centro de la vida.
 Para algunos, el 80% de los problemas y dolores de la persona humana parten del corazón, es decir del afecto, del amor; la lealtad, la sinceridad de quien dice amar da calidad a la vivencia, en cambio la traición, la ausencia, la violencia de quien dice amar presenta una cara falsa que duele.
 Falta de amor produce frialdad, lejanía, silencio, desprecio, hipocresía, eliminación del otro; hay personas eutanásicas que lo que no les gusta simplemente lo asesinan hasta con sonrisa mendaz; matan hasta sin dolor, eliminan ignorando al otro con el silencio o la marginación.
 Exceso o descontrol en el afecto produce aventuras falsas, locuras de momentos que después se lamentan casi toda la vida, actos que llegan a la muerte, a la desviación, euforias que llevan al ridículo.
 Por ello el control del corazón es parte de una vida eficaz y equilibrada, inteligente y feliz; educar en el afecto es paso importante que evitará muchas tristezas, depresiones, sinsabores y por el contrario dará seguridad en los pasos dados, horizontes en el camino dela vida.
 Se me ocurrió pensar en esto ya que el 19 de enero del año 1932 el Sr Hyman (norteamericano) presentó al mundo científico su maravilloso invento: el marcapasos cardíaco, que permite calidad de vida a tantos enfermos del corazón; controla el ritmo cardíaco, sitúa en el funcionamiento de los movimientos del músculo cardíaco; un invento genial que hay que agradecer.
 De la misma manera debemos controlar el corazón, el afecto y sus manifestaciones y veremos vidas más sanas y alegres, más contentas de vivir. Un buen diálogo es como el marcapasos del afecto humano.
 El capítulo 13 de la carta primera de San Pablo a los Corintios es una sabia y segura vía de formación en el amor; como comentario el papa emérito Benedicto XVI escribió una profunda carta sobre el amor. Vale la pena leer estos textos para aprender un poco en la formación del afecto y el amor.