Esteban Jaramillo

LA PATRIA | Bogotá

En el Once Caldas aún se disfruta el punto en el estreno, pero no hay satisfacción con el rendimiento expuesto, por las deficiencias apreciadas en sus líneas, carentes aún de vuelo, solidez y coordinación.

La propuesta del Once Caldas en su visita a Nacional fue calculada, aunque pudo, al cierre del cotejo, no hizo prevalecer su dominio cuando reapareció el toque natural en media cancha, el que de ser atrevido tendría otros dividendos. Sin delanteros rematadores, con algunas incorporaciones que aún no interpretan el juego pretendido, incómodo en tareas asociativas, tuvo tiempos muertos cuando el balón rodó insulso de un lado a otro. Se recuerda el desacierto del árbitro Carlos Ortega, al omitir con descaro una evidente falta-penalti, cometida por Bocanegra que pudo cambiar el rumbo del cotejo.

Para el segundo partido, ante Millonarios, dada la exigencia, Bodhert, anuncia modificaciones. Ingresarán Blanco con su potencia y Reina con su desequilibrio y pase, para potenciar zonas ofensivas. Millonarios es un rival diferente, más firme en su estructura, al que se le ve la mano del experimentado entrenador Jorge Luis Pinto. Tendrá tres sensibles bajas en su nómina: Carrillo, Ovelar y Marrugo, todos lesionados. Una mínima opción maneja el cuerpo técnico de utilizar al paraguayo.

En la idea de equilibrar sus zonas, Pinto asegura en la titular a Duque y Jaramillo, dinámicos en la contención; alternativa válida y a considerar es el posible regreso de Montoya al área creativa y busca el relevo adecuado en el centro del ataque con González Laso, reciente incorporación de discreto pasado en el fútbol nacional.

En la necesaria evolución del rendimiento, el Once espera ajustar sus bloques con sensibilidad en el manejo de la pelota y presencia con sorpresa en ofensiva. Los jugadores de buena relación con el balón ofrecen garantías para recuperar la esencia del patrón de juego utilizado y aplaudido en el reciente pasado.