El Libertador de cinco países no es nada de lo que nos han vendido de su imagen, asegura el premiado escritor manizaleño Adalberto Agudelo Duque. Lo interesante es que no se trata de un personaje novelado en su nuevo libro. En esta oportunidad nos sorprende con un ensayo, que para escribirlo, lo soportó en miles de páginas leídas.

Ni libertador ni buen amante -imagen recreada en los últimos tiempos por una telenovela-, se atreve a argumentar Agudelo, quien además muestra cómo fue llegando a esas conclusiones con base en autores que coinciden en poner en entredicho la imagen creada alrededor de Bolívar. Son varios los que no creen en el superhombre del que habla buena parte de la historiografía mundial.

También muestra el autor en Simón Bolívar - la más grande mentira de la historia, en qué momentos y de qué manera se fue abriendo paso el mito y se olvidaron los estruendosos fracasos del Libertador. A esto agrega importantes datos sobre quiénes fueron los aduladores que lo engrandecieron y los encargados de borrar lo que, para este manizaleño, era la verdad. También los momentos clave que contribuyeron a ese resultado.

Es un texto que los muy bolivarianos pueden sentir odioso, pero hay que tener en cuenta que el ensayo es un género que le sienta muy bien a este buen narrador caldense, quien ha ahondado en la historia de la literatura del Eje Cafetero, en temas de educación y en otros asuntos de la historia regional. Un estudioso a carta cabal y por eso bien vale la pena leerlo con juicio y sin prejuicio.

Adalberto Agudelo dedica este texto a los marchantes del 21N, especialmente a los jóvenes, es decir, a quienes protestaron durante días el año pasado contra el actual Gobierno nacional. En la presentación del libro se explica el porqué: los jóvenes ya no comen cuento, dudan, investigan.

Son 3 capítulos titulados así: 1. Versiones, avesiones y perversiones de la historia; 2. El hombre y la máscara; 3. ¿Cuál Independencia? Invasión venezolana, que es el más largo.

La primera frase del primer capítulo es la puerta de entrada a lo que se encontrarán los lectores: "Simón Bolívar murió el 17 de diciembre de 1830. A su muerte repicaron las campanas de todas las iglesias a lo largo y ancho de la América invadida por la fuerza de sus huestes y los cascos de sus caballos".

Si lo que usted busca del más encumbrado venezolano en Colombia es una hagiografía no le interesará este texto, pero si es curioso y se da la oportunidad de conocer otras miradas sobre este personaje clave de la historia andina, es un texto para usted. Demuestra con esto el autor que no todo mundo traga entero y que hay otras maneras de entender a quienes hasta hoy hemos visto como héroes. Ya tendrá, amigo lector, oportunidad de confrontar con otras historias, porque de pocos hombres se ha escrito tanto como de Bolívar.

Un libro irreverente, herético y bien escrito. No apto para bolivarianos dogmáticos, que no soportarán preguntas como: "¿Era Bolívar hermafrodita como se describe en los documentos dedicados al síndrome de Klinefleter?" Y hay un largo intento por sembrar dudas sombre la sexualidad del autor, igualmente sobrevalorada en las historias del Libertador. En esta oportunidad sale bastante mal librado.

En frases

* Los males de estos países tienen su origen en Bolívar: la corrupción, la demagogia, el caudillismo, la crueldad del paramilitarismo, la anarquía.

* Colombia aún le rinde pleitesía a un invasor extranjero.

* Padecía del síndrome de múltiples personalidades.

* Jamás se preocupó por organizar socialmente uno solo de los territorios ocupados por su afán bélico.

* La grandeza de los hombres no depende de sus acciones, sino de los apologistas, la ideologización y las conveniencias.

* Los panegíricos ocultan asesinatos, corrupciones, crueldades.

* Una revolución triunfante se torna en dictadura.

* Les falló al pueblo, a los generales y a los personajes ilustres que creyeron en él.