No sé qué me gustó más de El reino de la posibilidad, el libro de ensayos de la escritora colombiana Yolanda Reyes. Empiezo por el almibarado encanto de la palabra escrita por ella. Es un gusto encontrar cómo se parapeta en el lenguaje para lanzar sus lúcidas opiniones sobre diversos temas: la escritura, la palabra, el país, la pandemia, la violencia...
Los primeros textos son una confesión por el gusto de narrar, por la posibilidad de paladear las palabras que nos desbrozan el camino para el pensamiento e incluso para los sentimientos. Es por allí en donde nos va mostrando de dónde viene su gusto por escribir historias infantiles, desde que ella misma era niña y se sorprendía con los cuentos de otros y pudo entender a dónde iba a llegar.
Lo segundo que me gustó es que se trata de un libro en el que seguramente muchos nos sentimos identificados con las reflexiones de esta escritora, que en esta ocasión da el paso a pensadora, sin aspavientos ni dramatismos, es tan solo como lo hacen los mejores: trasladando sus preguntas y sus intentos de comprensión del mundo a otros, de tal manera que al final sentimos que estamos leyendo a alguien que nos conoce muy bien.
Este libro surgió del encierro, del momento que empezamos a vivir tan diferente cuando llegó la pandemia, de los aprendizajes y de los miedos, de los abrazos aplazados y los gestos contenidos. Es una oportunidad para darnos cuenta que muchas experiencias nuestras también les suceden a otros.
El tercer elemento que me cautivó es que en tiempos de tanta producción en serie, esta es una edición muy cuidada. Para quienes además de lectores somos bibliófilos, que nos gusta el libro por lo que es y por su olor, por cómo están impresas las letras en él, o cómo se disponen los capítulos, este es un bello objeto.
La editorial Lumen se preocupó por lograr una cuidada edición, desde la portada misma con esas letras que caen como lluvia a tierra o como hojas que se acumulan sobre las raíces. La pasta dura y el papel da gusto tocarlos.
En fin, este libro tiene pensamiento, literatura, confesiones, reflexiones, dudas y tiene empatía, porque es fácil identificarse con esa escritora de historias que se atreve a contarnos lo que le sucede en estos tiempos de encierro, o las cosas que pasan por su cabeza. Léanlo y #HablemosDeLibros y de El reino de la posibilidad.
Subrayados
* La conversación es un diálogo de latidos de corazón a corazón, de cuerpo a cuerpo.
* Conquistar las complejidades, las reglas y los secretos de la lengua es recibir poder para controlar el mundo tangible.
* ¿A dónde van las palabras que no se pueden hablar? ¿Dónde se guardan?
* Mirar arder un bosque en un teléfono, y no saber siquiera si habrá casa en este planeta, o si este planeta seguirá siendo una casa.
* Jugar tiene que ver con habitar otros mundos posibles, con inventar una esperanza.
* ¿Cuándo se acaba una guerra de la que ni siquiera es posible saber cuándo comenzó?
* El corazón del país: un reino de posibilidades y también una incógnita en cada cara, en cada gesto, en cada postura.
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