¿Si se le han reconocido a los animales ciertos derechos, no podríamos pensar en que las máquinas, que serán cada vez más capaces -inteligentes-, podrían también tener derechos? Con preguntas de este estilo, el físico catalán José Ignacio Latorre provoca una discusión que debe estar a tono con los tiempos modernos: Ética para máquinas.
Este libro es maravillosamente provocador. Hace pensar en películas como 2001: Una odisea en el espacio, que cita varias veces; o Cyborg; o I.A.; o Blade Runner; o Yo, robot. Cintas que han puesto el dedo en la llaga de lo que pueden ser los dilemas en un mundo en el que las máquinas puedan tener autonomía.
Parte de un principio básico, la tecnología nos ha hecho más fácil la vida, y eso nos ha llevado a relajarnos y cederles espacio, hasta prácticamente depender de ella. Basta un apagón de unas cuántas horas para darnos cuenta de lo mucho que estamos atados a los aparatos.
¿Entonces qué sucederá cuando los aparatos sean nuestra compañía?, ¿cuando estos logren desarrollar algoritmos que las hagan tan capaces de resolver problemas que se superen a sí mismos? Dentro de las especulaciones que propone, está la de que es posible aprender todas las cosas que los humanos hacemos, porque al fin y al cabo nosotros también lo aprendemos. Como los niños, que por ensayo y error, van aprendiendo que una cosa se hace de tal manera y no de otra. Eso también pueden funcionar con las máquinas, pero ¿qué ética van a tener?
Plantea un tema que bien vale la pena tener en cuenta en los tiempos que vienen, y en ciudades como Manizales que envejece a pasos agigantados: la lucha por los recursos económicos se dará entre generaciones, entre viejos y jóvenes. Las máquinas seguirán desplazando la mano de obra y no se dará abasto para emplear a tantas personas, no al menos en la forma en que se tiene hoy.
Por eso, en un optimismo que no estoy seguro de compartir, el autor considera que un mundo controlado por máquinas debe ser también más equitativo y justo con los ciudadanos. Difícil de creer con las realidades que tenemos, derivadas de la revolución industrial de hace apenas casi tres siglos.
Es un libro que invita a la conversación y plantea temas que son actuales, incluso acompaña como anexos los tratados que ya se han firmado sobre una ética para la inteligencia artificial, pero que no parece posible que todos los humanos lo cumplan. Léanlo, que vale la pena, y #HablemosDeLibros.
En frases
* Máquina y humanos hemos de convivir. Esperemos que en paz.
* No hay vuelta atrás en el progreso, sea bueno o malo.
* Nuestra inteligencia es todavía más elevada cuando se equipa con ideales éticos.
* La tecnología ha restado cierto romanticismo a nuestras vidas.
* Las máquinas no tienen la culpa de hacer nuestras vidas peores.
* Una idea aterradora a largo plazo: los humanos somos intelectualmente prescindibles.
* La espontaneidad que atribuimos a los humanos es programable.
* Un robot demasiado humano empieza a incomodarnos.
* La gran red de máquinas conectadas es el gran enemigo de nuestra libertad individual.
* Podremos programar todo porque tenemos el patrón humano parfa entrenar a nuestros algoritmos.
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