Una persona aguijoneada por la envida calumnió a su amigo porque este había logrado mucho éxito
Con el tiempo fue consciente de que había causado mucho daño y se fue a meditar a un lugar de retiro guiado por un ser sabio.
Era una Maestra espiritual a la que le contó lo sucedido y preguntó
¿Cómo puedo reparar todo el daño que hice a mi amigo. Ella dijo:
- Cerca hay unos corrales de aves, llena un saco con las plumas ligeras y pequeñas, y las vas soltando camino al río cercano.
Muy contento por realizar aquella tarea tan fácil, tomó el saco lleno de plumas, y regresó después de soltarlas todas.
Volvió sonriente donde la Maestra y ella le dijo: Vete y vuelve a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal y búscalas.
El hombre se sintió muy triste, pues sabía que era imposible y no pudo recoger casi ninguna. Al regresar, la mujer sabia le dijo:
- ¿Ves? no has podido recoger de nuevo las plumas que volaron con el viento, como han volado de boca en boca tus calumnias.
Vete, expresa tu arrepentimiento ante tu amigo y de acá en adelante elige amar en lugar de juzgar y calumniar. Cuida tus palabras.
@gonzalogallog
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