Aunque un escéptico lo rechace, antes del 2000 llegaron los niños índigo y luego los niños cristal, muy sensibles y vulnerables.
Se dice que los primeros venían a romper paradigmas y los cristal o arcoíris como pacificadores y creadores de un mundo mejor.
Ahora también nacen niños diamante que son más intuitivos, muy conectados con lo espiritual y con una sabiduría especial.
Muchos tienen dones especiales y habilidad para transformar energías, son en extremo amorosos y recuerdan otras vidas
Suelen ser delgados, ambidiestros, comen poco o son vegetarianos desde pequeños y aman la naturaleza.
Rechazan la falta de autenticidad, la manipulación y la disciplina que se impone a la fuerza o con el temor.
Dicen que los seres humanos tenemos activados 20 de los 64 patrones o códigos del ADN y ellos otros 4 más.
Los niños requieren padres y educadores de mente abierta, amorosos y en sintonía con lo trascendente. Vamos para mejor, no para un apocalipsis.
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