En el pasado mes de abril, el Consejo Privado de Competitividad presentó el Índice Departamental de Competitividad 2022, en el cual todavía se evidencian los estragos causados por la crisis sanitaria y económica derivada del Covid 19. El país se ha visto seriamente afectado por esta coyuntura, reflejándose así una caída en el producto interno bruto en 6,8% en el 2020, siendo uno de los cuatro años con crecimientos negativos en los últimos 100 años. Adicional a lo anterior, alrededor de 3,8 millones de personas cayeron en la pobreza monetaria, minando los avances que se habían logrado en este frente durante la última década en el país.
Como consecuencia, los gobiernos nacional y regionales implementaron programas y políticas para mitigar los efectos de la crisis en la vida de las personas y la actividad empresarial. Entre otros, se pusieron en marcha programas de apoyo social, programas para incentivar el empleo formal, programas para proteger la liquidez de las empresas y para darle soporte al sector productivo. La ejecución de estos programas y los esfuerzos por superar la crisis empezaron a reflejar sus frutos, llevando a que en el primer semestre de 2021 el PIB creciera 8,8 %, y a que las exportaciones aumentaran en un 22.5% entre enero y agosto del mismo año. Ambas cifras con respecto al mismo periodo de 2020.
La competitividad debe ser prioridad en la política pública para incidir en la productividad de cualquier territorio. Es por esta razón que se vuelve trascendental el análisis de los resultados del Índice Departamental de Competitividad 2022 (IDC por sus siglas) presentado en los últimos días, ya que tiene el objetivo de medir, de manera robusta, diferentes aspectos que inciden sobre el nivel de competitividad de los departamentos del país. En cuanto a Caldas, empezaremos con una de las cifras positivas, y es que el departamento continúa siendo el más competitivo del Eje Cafetero, ubicándose en el séptimo lugar en el IDC 2022.
Caldas sobresale en los pilares de innovación y adopción TIC, en los cuales registra el tercer lugar del ranking general entre los 33 territorios evaluados, con puntajes de 6,24 y 6,68, respectivamente. El mayor avance fue en el pilar de innovación, en el cual aumenta su puntaje en 0,8 puntos frente al recálculo proporcionado para 2021.
No obstante, el IDC 2022 evidencia un deterioro del desempeño competitivo del departamento en los pilares de infraestructura, sostenibilidad ambiental, salud y en la educación básica y media. A lo largo de la historia, Caldas se ha caracterizado por ser uno de los departamentos más competitivos del país. En mediciones anteriores, este indicador ha posicionado a Caldas en el tercer lugar, ubicándose únicamente por debajo de Bogotá y Antioquia, y destacándose en el ejercicio de su institucionalidad, la facilidad para hacer negocios, el desempeño en educación superior y en la dinámica empresarial. Caldas fue considerado como un departamento modelo y líder en competitividad, manteniendo la tercera posición en el IDC desde el 2016 durante años. Cabe preguntarnos entonces, ¿qué ha sucedido con la competitividad caldense? ¿Acaso el gobierno actual no ha enfocado los esfuerzos suficientes para satisfacer las necesidades básicas del sector productivo como departamento industrial y exportador?
Los resultados del IDC 2022 son particularmente importantes para la coyuntura política y económica actual, pues sus resultados ilustran la nueva realidad post-pandémica de las regiones. No debemos olvidar que Caldas, por vocación histórica, se ha caracterizado por ser un departamento industrial, por lo que la competitividad entra a jugar un rol determinante. El llamado es entonces para que el gobierno departamental, las instituciones, gremios y la academia, vuelvan a unir sus esfuerzos para mejorar las condiciones de infraestructura logística y vial, la sostenibilidad ambiental y la facilidad para hacer negocios en el departamento. Es aquí donde se debe poner la lupa en términos de competitividad.