Zapping 2.0

“No son las cosas, son los momentos
que esas cosas permiten compartir”

Instagram: @leo_pineda_

El verano es el momento preferido por las productoras para lanzar sus películas y series. Y es que es el tiempo ideal porque más personas están de vacaciones y eso garantiza una buena audiencia, y los índices mostrarán resultados positivos si se logra conectar con el público objetivo. La temporada que abarca las últimas semanas de junio y la primera semana de julio está denominada como la “gallinita de los huevos de oro” para los estrenos audiovisuales.

Uno de los estrenos más esperados este año fue el de la tercera temporada de Stranger things, episodios con un maravilloso toque de música y moda ochentera que ilumina la serie, a parte de los ya conocidos personajes y que nos llevan a sentir nostalgia al descubrir que ya no son los niños de las anteriores entregas. Ese lado oscuro en forma de monstruo que se va construyendo con una especie de zombies, todo perfectamente  direccionado rememorar lo que se vivía en la década de los ochenta y acá recibe un conmovedor homenaje: los rusos, La Cosa, Nancy Drew, Volver al futuro y hasta Terminator se ven representados de una u otra manera en esta producción. Los fanáticos habituales tienen entonces el mejor divertimento para estas vacaciones y la puerta abierta para otro desarrollo de la historia.

En cuanto a cine llevábamos muchos años esperando algo nuevo de Toy Story y es un placer ver aquellos, otrora infantes, con sus hijos yendo a compartir la historia de los muñecos de Andy. Son muchos años de diferencia entre una entrega y otra, pero también es el tiempo preciso para capturar espectadores de diferentes edades que comparten esa ilusión fantástica por el mundo de esos juguetes entrañables.

La llegada de Anabelle a casa, en la tercera entrega de la franquicia del universo creado por James Wang con esa muñeca inmóvil y horrendamente adaptada para no ser una figura inocente de tela, sigue generando nuevos espectadores, un estilo de cine en el que el grito se una a la carcajada y en el que inteligentemente somos engañados  pensando en cuándo seremos realmente asustados. Un verdadero divertimento, no para llorar de terror, sino para brincar en la silla sin que vayamos a quedarnos sin dormir.
He ahí, amigos, que contamos con opciones para divertirnos y seguir sintiendo que tenemos la oportunidad de compartir en familia series y películas que crearán momentos inolvidables.