¿Cómo conciliar dos objetivos fundamentales en países como Colombia que requieren generar crecimiento y equidad? La respuesta la intenta un interesante artículo del Foro Económico Mundial. Trata de buscar aquellas decisiones que le pegan a la vez a esos dos objetivos prioritarios.
¿Cuáles son? Tres grandes estrategias. La primera: Una inversión sostenida y creciente en las capacidades de las personas, esto tiene que ver con educación, que permite generar de manera sostenible el crecimiento de la productividad de la mano de obra. Este tema es el central, pues asegura que en el futuro las nuevas generaciones puedan enfrentar exitosamente los retos laborales. Y aquí es fundamental el acceso a educación superior tanto técnico como profesional de calidad que asegure el desarrollo de competencias, especialmente para quienes terminan sus estudios de bachillerato. Pero como ahora estamos formando para unos empleos que hoy no existen, es vital que esa formación superior debe ser principalmente para “aprender a aprender”, para que a lo largo de la vida pueda tener la capacidad de adaptación al cambio que tendrán que enfrentar. La educación superior asegura un futuro, da esperanza a las nuevas generaciones y recompensa con movilidad social.
En segundo lugar, defender y aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores, que pasa necesariamente por la defensa de las conquistas laborales, que implica también la cantidad y distribución de oportunidades de trabajo y su compensación. Mientras que en otros países y en Colombia ciertos centros de pensamiento plantean pauperizar el ingreso de los trabajadores jóvenes, el Foro Económico Mundial plantea todo lo contrario, fortalecerlo. Desde hace más de 100 años, cuando se creó la OIT, Organización Internacional del Trabajo, se ha hablado de la necesidad de defender un "salario digno adecuado". Esta estrategia permite asegurar también una demanda agregada vigorosa.
La tercera tiene que ver con el apoyo a sectores intensivos en mano de obra. Así, aumentar la inversión pública y privada en sectores económicos intensivos en mano de obra. Esto implica un diseño de política de incentivos para apalancar el desarrollo de estos sectores. Este tipo de decisiones deben obedecer al verdadero impacto en la economía, y no al poder de lobby de un determinado tipo de empresarios sobre la política y los recursos públicos. Como país debemos hacer esas apuestas.
Ahora que el Presidente Duque ha llamado a las Conversaciones Nacionales, para canalizar las preocupaciones sociales, que han agitado a amplios sectores del país. y que los ha llevado a marchar y tocar las cacerolas, se debe aprovechar que todo este diálogo social se pueda hacer confluir en una agenda de Estado, para que entre todos los colombianos y colombianas le apostemos en serio y la saquemos adelante. La premisa de las ideas que salgan de estos diálogos debemos exigirles ese control del doble impacto: justicia social y crecimiento económico. Binomio, que juntamente con el cuidado de la naturaleza deben ser los grandes criterios para la política pública.
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