La preocupación de las universidades por su entorno es uno de los principales factores dinamizadores de las regiones. Cuando las universidades salen de sus comodidades en laboratorios, bibliotecas, auditorios y aulas, y asumen la realidad desde los territorios, colocando a sus alumnos y profesores en los procesos de aprendizaje-servicio, logran no solo impactar su entorno, sino lograr una mejor formación para las nuevas generaciones y contrastar sus procesos de generación de conocimiento.
Este esfuerzo lo ha venido haciendo la Universidad Autónoma de Manizales de tiempo atrás en muchos municipios de Caldas, con muy buenos resultados y convirtiéndose en modelo nacional de aprendizaje servicio.
“Para la formación de estudiantes a través de la vinculación de estos a una experiencia vivencial en los municipios de la región del Eje Cafetero con el apoyo de profesores e investigadores de todas las áreas, realiza proyectos en el contexto de la competitividad, con una perspectiva de paz que aporte al desarrollo regional”, señala la política de proyección de la Universidad.
Dos elementos han logrado articular de manera muy propicia para el país: la paz y competitividad para el desarrollo. Dos temas de suma importancia, buscando la construcción de escenarios de paz y que los profesores y alumnos se conviertan en verdaderos agentes de cambio. Gracias a la perspectiva interdisciplinaria logran potenciar un pensamiento complejo y de construcción colectiva. Equipos de distintas disciplinas al servicio de la construcción de un mejor bienestar en el país.
Finalmente, desde donde se hace este esfuerzo marca también un hito: desde los territorios. Desde los municipios de la región cafetera, dando no solamente un sentido y proyección a los futuros profesionales de compromiso con la tierra, sino alineándolos con los procesos de desarrollo, convirtiéndolos en miembros de una sociedad civil comprometida y que transforma una realidad concreta. Los territorios, en este caso los distintos municipios colocan a los estudiantes y profesores en condiciones reales. Los espacios controlados muy propios de la academia como los laboratorios, se cambian por los azares y realidades de los territorios.
Qué tesoro tan bonito que tiene la Universidad Autónoma de Manizales, digno de inspirar a otras muchas universidades que no han logrado concretar su proyección social.