Ya muchos tendrán los pasajes para viajar en familia, otros les miden el aire a las llantas de sus vehículos para salir por tierra fuera de las grandes ciudades, en fin, hay un movimiento de salida con motivo de la Semana Santa. Y es un momento muy propicio para tomar una pausa, en la distancia de la cotidianidad, de lo que va del año y aprovechar para revisar cómo va la vida. Igualmente, para otros el énfasis estará en vivir con devoción unas ceremonias religiosas que están cargadas de una fuerza propia del Triduo Pascual, que implica acompañar el proceso de entrega, muerte y resurrección de Jesús, que también es una invitación a la revisión de vida.
En tres dimensiones propondría la consideración de nuestra existencia: la relación con uno mismo, con los demás y con el planeta. En cada uno de ellos podremos darle una lectura de tipo religioso o no. Explorando estas distintas dimensiones de manera integral, seguramente podremos hacernos a una buena foto nuestra en la actualidad.
Como condición inicial debemos darle una mirada a cómo estamos nosotros mismos, cómo está nuestro autocuidado. Que comienza con preguntas tan sencillas sobre el tiempo que destinamos a dormir, el tipo de alimentación, el descanso, el deporte que realizamos. Pero que también se debe preguntar sobre cómo estamos manejando nuestras emociones y nuestro desarrollo integral. Para los que poseen un sentimiento religioso la pregunta es muy fuerte: Como criaturas de Dios, ¿expresamos su amor para nosotros mismos? Como templo del Espíritu Santo, ¿nos protegemos?
En la dimensión relacional aparecen los otros, y es fundamental, que como círculos concéntricos hagamos el análisis de las distintas capas, del más cercano hacia los más lejanos. Desde la familia, hasta ese otro que se nos cruza en el camino por azar. ¿Qué tipo de vínculos estamos forjando con los demás, busco en los otros su dignidad humana y soy capaz de reconocerlos aún en la diferencia? Y para aquellos que mantienen un espíritu religioso cristiano la pregunta es de una profundidad grande: ¿Reconozco en el otro necesitado el rostro de Jesús? En la Cristología es fundamental esa encarnación permanente del Hijo de Dios en los necesitados, o como dice la Escritura: el enfermo, el encarcelado, el forastero, el huérfano, la viuda…
La tercera dimensión nos escruta sobre la relación con el mundo, con nuestro planeta. La ola ambientalista nos pone a pensar sobre cómo estamos consumiendo, cuál es el nivel de huella de carbono que estamos dejando detrás nuestro, cómo estamos reciclando y cuál es el destino de los residuos que dejamos. En el fondo, qué tan sostenibles somos. Para los que tengan un espíritu religioso la encíclica del papa Francisco Laudato Si, El cuidado de la casa común, da pistas muy firmes de cómo vivir esa ecología integral que él plantea, que nos invita a vivir en el mundo con una visión de cuidadores de una creación que debemos legar a las nuevas generaciones, y no como unos explotadores y depredadores.
Una revisión sencilla, pero en tónica de sincera transparencia e interpelación, puede ser un momento reflexivo muy valioso para redireccionar la vida. Que el “salir de Semana Santa” también sea una oportunidad para salir de la cotidianidad y podernos ver en perspectiva.
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