Ajusto en junio 13 años de columnista en La Patria y la única columna que me fue devuelta fue una que escribí contra Efraim Osorio. Al otro día le di las gracias a Nicolás Restrepo por haberme atajado de cometer ese exabrupto. Los periódicos como instituciones de cultura tienen que velar por el buen y correcto uso de su insumo básico: el idioma y en ese sentido don Efraim asume una labor muy importante cazando gazapos de muy variados tamaños.
Hago estos comentarios porque Efraim Osorio publicó el mes pasado el segundo tomo de su antología de correcciones idiomáticas. Es otro grueso volumen de 670 páginas que recoge 1625 glosas hechas por él entre los años 2012 y 2020. Su lectura es amena e instructiva ya que de forma jovial este conocedor del idioma nos saca tarjetas amarillas y rojas a los infractores del idioma. Sobre mi enfado con Efraim Osorio recuerdo que, si bien el ojo crítico de Osorio ubicó una inconsistencia idiomática en mi texto, vi con claridad que no captó ni el juego de palabras y menos la idea que yo exponía en esa columna. Veía en él al perfecto jesuita, término que en guaraní también tiene la acepción de hipócrita, que sólo se fija en la forma menospreciando el contenido.
Hoy veo en el trabajo de Efraim Osorio una labor de gran importancia para las letras, en este caso las regionales, las nuestras. Defender y enseñar el buen uso del idioma en estos días es admirable y produce en mí un profundo respeto. Un hombre que haga eso es un verdadero Quijote, porque está cabalgando en dirección opuesta a la que sociedad trivial e inconsistente está recorriendo. Donde, especialmente en el sector cultural, alegando libertades artísticas, deja por fuera la maestría y el tesón. Mucho es inmediato y superficial.
Ahora, cuidar en estos días la lengua castellana para un gran sector del país es un acto neocolonizador, porque ese fue el idioma que impusieron hombres como el conquistador Sebastián de Belalcázar y así como los pueblos conquistados derrocan estatuas hay gentes dedicadas a socavar el más importante baluarte de España en América, que es el castellano. ¿Por cuánto tiempo más será el español el idioma de América? En 100 años el panorama habrá cambiado por completo.
Le presta Efraim Osorio otro admirable favor a las letras, teniendo en cuenta que lo suyo no son novelas o textos de desbordante originalidad, y es que don Efraín es un facilitador y un albacea del idioma y su buen uso. Lo suyo es preservar lo existente y no explorar confines para clavar estandartes de vanguardias. Asume Efraim el rol del servidor de una tradición y un orden. Su temperamento minucioso y metódico se da muy poco en nuestro medio, donde prima lo inmediato, donde es rechazado el estudio juicioso y metódico guiado, además, por unos parámetros centenarios.
En nuestras letras el trabajo de don Efraim Osorio solo es comparable con el del gran Joaquin Ospina que se dedicó a investigar y redactar diccionarios hace ya casi 100 años. O el del médico Emilio Robledo y sus “analectas”, donde este otro hombre paciente practicaba la filología. No creo que a los literatos de hoy les llame la atención de leer 500 libros para fundamentar un libro del mismo número de páginas. Todo es cortico y sencillo, apostándole solo a un presunto talento e intuición.
En las glosas o quisquillas de Efraim Osorio se encuentra uno no solo con un erudito del idioma, sino un hombre afable y hasta divertido que no pretende denigrar del infractor, sino señalar su error idiomático. Es un libro que puede leer toda persona interesada en nuestro idioma. No es Efraim Osorio un misántropo que tomó el idioma para descargar su frustración contra la humanidad, no, es Osorio un enamorado del español afanado por despercudir las manchas que le causamos los dueños de alegres plumas al castellano, y por ende al lector.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015