Es la sociología la ciencia que pretende estudiar al ser humano, especialmente cuando el yo se relaciona con otras personas. En esta época de coronavirus, donde un miedo irracional, muy parecido al que vivieron los hombres hace milenios y habitaban cuevas, invade y mueve al hombre, surgen una cantidad de comportamientos y reacciones que forman un gran material para ser clasificado y analizado por expertos.
Con las tecnologías surgió una ventana, mejor un laboratorio llamado Facebook donde estos comportamientos se pueden observar con facilidad. La gente, como en un test psicológico, reacciona con espontaneidad desnudando sus frágiles almitas, garantizando la pureza del insumo. No soy experto, pero creo descubrir ciertos patrones que estoy seguro son más atávicos de lo que pensamos.
Desde un principio el humor está muy bien representado en Facebook, pero ha disminuido en la medida que la crisis se explaya a lo largo y ancho del mundo. El humor es optimismo y a la vez una actitud cínica que niega la realidad, es un escape. El hombre usa la careta protectora del humor para asomarse a esa recién destapada caja de Pandora, de la cual solo saldrá destrucción, en forma de memes, montajes o frases. Es esencia del humor relativizar la realidad que en casos de crisis causa alivio, y la gente se esconde detrás de ese escudo mental. El objeto de la burla es la situación, nadie se burla del virus en sí. El ejemplo sería la vivencia de la cuarentena.
Otros voceadores digitales creen que hay una especie de elecciones e interpretan la situación como un hecho político partidista. Todos contra el presidente creyendo que esta crisis sería el mejor momento de pedir su renuncia. Ellos, diletantes inclusive en sus profesiones, se proclaman epidemiólogos de la noche a la mañana, carentes de conocimiento y de sentido común, atacan sin dimensionar la realidad. La canciller Merkel habló y una nación la acató; Duque se asoma y muchos quisieran denunciarlo de inmediato ante cualquier instancia judicial. Líderes son indeseados para esta gente, su anarquía utópica no los deja ver que a este hombre le correspondió gobernar y solo él puede hacerlo legalmente, ya que ostenta la banda presidencial. La crítica continua y solo causa desconcierto, pues este hombre debe centrase en hacerlo bien, porque dependen demasiadas vidas de ello, y no va a poder hacerlo debido a tanto ruido. Ahora, esto sucede siempre en épocas de crisis no solo en Colombia y ni en el siglo XXI. Esta actitud humana también es prueba de miedo y de desorden, y el desorden es otro de los tentáculos del monstruo mortal.
Otros están empecinados en creer que la pandemia es una especie de olimpiada donde los diferentes países obtienen medallas. Que los médicos cubanos llegaron a Italia; que los EUA tiene la vacuna; que Suiza cerró fronteras o que Italia lleva 6.000 muertos, son pruebas de que quien que expresa estas ideas no se está enfocando en el problema de la pandemia, que tiene aspectos de salud, sociales y por supuesto económicos, anteponiendo su criterio necio y trasnochado, lejos de la altura de la amenaza.
En mi Facebook aparecen, muy por los laditos, referencias cuasi religiosas. Señalan a España, Italia y China que por haber permitido el aborto (¿en China será prohibido?) deben soportar los estragos del virus. Creo que estos ilusos aumentarán apenas Colombia supere los primeros 100 muertos. Aquí el miedo atávico hará que muchos se conviertan por unos días, mostrando expresiones exaltadas ajenas a un creyente común. No es la fe la que mueve los labios en estas oraciones, sino miedo y afán de encontrar un apoyo.
Hay otro grupo que actúa como guardas de tránsito despachando mensajes a sus compañeros de red, los cuales ellos mismos no leen. Me pregunto, ¿quién lee esos tratados en Whatsapp? Están preocupados y quieren salvar el mundo. A ellos no les hacía falta la cuarentena para invadir las redes, ellos son unos empedernidos replicadores y recomendadores de películas, libros y museos y todos sabemos que en su casa no hay un solo libro y nunca han visitado un museo.
Aspiro que un sociólogo de verdad, un experto, redacte un libro interesante que le ayude a la gente superar esas primeras fases de miedo y ayude a concentrar la fuerza en pos de la solución. Con la crisis del Nevado del Ruiz vivimos una situación parecida y no aprendimos a comprender. Hoy no sabemos actuar a la altura de la amenaza, sigue la humanidad anteponiendo su pequeño yo ante un virus pandémico. ¿O será que esta pandemia con sentido darwinista se encargará de los habladores miedosos primero?
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