La semana anterior en Londres se celebró la cumbre de la OIC (Organización Internacional del Café) donde acudieron representantes de la industria, países productores y grandes comercializadoras multinacionales firmando una declaración histórica sin precedentes pactando trabajar en la sostenibilidad económica de la cadena. Acordaron la implementación conjunta de soluciones en un espíritu de responsabilidad compartida, encaminado a cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. “Se comprometen a tomar medidas centradas en cuatro temas: promover la producción competitiva y sostenible; fomentando un crecimiento responsable y equitativo; promoción del consumo responsable; y promover el diálogo público-privado con respecto al desarrollo de políticas”.
Propusieron adicionalmente establecer sistemas de información de mercado y cadena de suministro, participar activamente en diálogos nacionales y promover la asignación de recursos; además de pedir a las partes interesadas del sector, socios de desarrollo y gobiernos, que tomen medidas individuales. Los firmantes solicitan al Consejo Internacional del Café, que respalde esta Declaración e instruya a la OIC para que continúe sus esfuerzos para movilizar apoyo y recursos políticos más fuertes de mecanismos multilaterales, organizaciones internacionales y el sector privado para abordar la sostenibilidad a corto y largo plazo del sector cafetero.
Los resultados de la cumbre merecen hacerle un reconocimiento a nuestro gerente de FNC Dr. Roberto Vélez Vallejo, quien durante sus cuatro años al frente de la Federación, ha sido un abanderado en resaltar la importancia de crear conciencia de corresponsabilidad de todos los eslabones de la industria y en la sostenibilidad económica del sector; esta es una aproximación importante en ese sentido y la capacidad de gestión de la OIC y el tiempo dirá si se logran los objetivos allí trazados. Por otro lado deja el sabor la declaratoria de endosarle gran parte de las soluciones a los gobiernos, cuando son las multinacionales las que acaparan la mayor cantidad de utilidades.
Mientras tanto los hechos son, que hay sobreproducción de café, cotizaciones por debajo del dólar y un precio interno sustentado por la tasa de cambio, pero juega en contra por las alzas en los fertilizantes e insumos y genera una presión inflacionaria en los costos y salarios de los cada vez menos disponibles trabajadores del campo. Una solución derivada de estos acuerdos, si mucho pondrá los precios un poco por encima de los actuales, (que nos apriete pero no nos asfixie), pero (lamento ser abogado del diablo) a la industria y a los países importadores, que a la vez reexportan procesado, no les interesa que la materia prima suba mucho de precio, apenas lo suficiente para que no se acabe el suministro y no haya escasez.
Así que, aunque bienvenidas las soluciones globales, en la práctica son poco probables y supremamente lentas para el poco tiempo que tenemos para encontrar soluciones. El camino sigue siendo especializar nuestro producto y comercialización porque no somos competitivos frente a agriculturas extensivas, mecanizadas y de bajo costo de producción. La mayor cantidad del café que se consume en el mundo es de malísima calidad, el nuestro tiene un potencial sensorial, que no estamos explotando por falta de conocimiento, recursos para procesamiento, políticas públicas e institucionales dirigidas a generar valor y una actitud pasiva y pedigüeña de la mayor parte de los cafeteros.
Las iniciativas de diferenciación en calidad y comercialización en Caldas empiezan a mostrar resultados, este año el portal Coffee Review en EE.UU., que califica los mejores cafés del mercado, le ha otorgado al departamento 3 menciones arriba de 93 puntos de calificación, que demuestran que existe un potencial y que con conocimiento y trabajo se puede escalar en las cotizaciones del café verdaderamente especial.