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Cuando apenas comenzaban a sentirse los graves efectos negativos de la pandemia de covid-19 en Colombia, en julio del año pasado, un estudio de la empresa WorkUniversity, de Medellín, logró establecer que 35 mil jóvenes caldenses perdieron su empleo durante los primeros cuatro meses de la emergencia sanitaria, lo cual representó un máximo histórico.
De hecho, según el DANE, la tasa de desempleo juvenil en Manizales entre marzo y mayo del 2020 fue del 32,2%, un incremento de 10 puntos porcentuales respecto al mismo periodo del 2019, ya demasiado elevado, lo cual evidencia un problema estructural que viene desde hace mucho tiempo sin resolverse. Fue peor la cifra al cierre de julio del año pasado, cuando el desempleo juvenil se trepó al 42,3% (20 mil 896 jóvenes desocupados), una verdadera exageración.
En lo relativo a Caldas el problema es mayor que en el resto del país, ya que la participación de los jóvenes (de 18 años a 28 años) en el mercado laboral es aquí del 53,6%, cuando en el promedio del país llega al 57,1%. Adicionalmente, si bien en nuestra ciudad tenemos la tasa más baja de informalidad, en general, del 40,3%, la juvenil asciende hasta el 57,3%, según en DANE. El aliciente es que en este caso es menor en 5,8 puntos porcentuales al promedio nacional.
Desde la Alcaldía de Manizales y la Gobernación de Caldas, con motivo de las protestas de comienzos de año, se adoptaron algunas medidas que apuntan a incentivar el empleo para los jóvenes. Todavía no se tienen datos concretos acerca de los efectos de dichas iniciativas, que incluso en el caso del Gobierno Departamental se convirtieron en ordenanzas, pero lo que parece cierto es que con esas solas medidas no se logrará resolver un problema que es de gran envergadura.
Las cifras con las que sí se cuenta son que en el trimestre mayo-julio del 2021 el desempleo juvenil fue del 25%, inferior en gran medida a lo de julio del año pasado, pero aún por encima del 22,2% de 2019. Son 22 mil 577 jóvenes desocupados en la capital de Caldas. La esperanza es que con el incentivo incluido en la reciente reforma tributaria aprobada por el Congreso de la República esas cifras puedan llevarse más abajo.
Hoy los empresarios tienen la posibilidad de obtener del Estado un apoyo del 25% de un salario mínimo mensual ($227.131) por cada joven contratado, lo que constituye un interesante estímulo. Actualmente la Agencia Pública de Empleo del Sena lidera el contacto con las empresas para orientarlas acerca de cómo aprovechar este beneficio, con el que se pretende crear 600 mil plazas en todo el país.
Ahora bien, no solo se necesita crear empleos para los jóvenes, sino también para las mujeres, quienes siguen en desventaja frente a los hombres. De hecho, en la recuperación de puestos de trabajo este año por cada 4 hombres solo 3 mujeres pudieron volver a trabajar, lo que significa una ampliación de brechas frente a lo que ocurría antes de la pandemia. Hay grandes desafíos para el mercado laboral en Colombia, pero también en Caldas y en Manizales, si realmente queremos avanzar en bienestar y calidad de vida.