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Las maquinarias ya trabajan en Palestina con el propósito de darle forma al ansiado Aeropuerto del Café, que de acuerdo con los cronogramas deberá entrar en funcionamiento a comienzos del 2024. Es un proyecto que después de diversos obstáculos en la década reciente pudo hallar el camino, por fin, para volverse realidad, y frente al cual la expectativa que se tiene es equivalente al ánimo veedor de los caldenses, quienes no soportarían nuevos fiascos como los que ocurrieron hace unos 10 años.
Esa importante obra, para que sea eficiente y competitiva, necesita excelentes vías de acceso, y de esa manera los potenciales pasajeros provenientes de distintos puntos de Caldas y del Eje Cafetero puedan llegar de manera pronta y segura al terminal aéreo. En ese sentido, resulta muy importante la aprobación del Órgano Colegiado de Administración y Decisión (OCAD) Regional Eje Cafetero, por $45 mil 375 millones, de regalías, para la vía desde el sector conocido como Cartagena hasta el lugar de Palestina en donde estará el ingreso al aeropuerto, pasando por el barrio Popular.
Será un trayecto de 2,2 kilómetros de vía intervenida, en los que también se tendrá una glorieta y una ciclorruta de 2,6 metros de ancho, entre otras características. Algo que debe destacarse de estas obras es la generación de unos 1.700 empleos directos y otros 18 mil indirectos, con el beneficio para unas 1.500 familias, según los cálculos oficiales. Sin duda, este tipo de proyectos es un catalizador de desarrollo, con posibilidades de convertirse en un nuevo polo para el beneficio general.
En este mismo sentido, se tiene previsto que haya nuevas carreteras desde otros sectores, así como la mejora de las existentes, con puentes, ciclorrutas, senderos peatonales y toda clase de desarrollos urbanísticos. Para estos proyectos de infraestructura también hay que conseguir los recursos necesarios y lograr que el Aeropuerto del Café pueda consolidarse con un nivel de operaciones que le permitan seguir creciendo y explotando sus posibilidades.
No podemos contentarnos con solo trasladar las operaciones de La Nubia a Palestina, sino que es necesario impulsar los valores agregados de las operaciones nocturnas, pero además fomentar más el turismo, la producción que se convierta en carga para exportar y toda clase de actividades que aprovechen más el nuevo aeropuerto. En la medida en que todo esto se haga de la manera correcta y Aerocafé demuestre su competitividad, la posibilidad de saltar a una pista de 2.600 metros de longitud, óptima para operaciones internacionales, estará más cerca.

La realidad hoy es que las obras de Pacífico 3 impactarán de manera positiva toda esa región en la que Aerocafé también tendrá influencia, y como resultado de ello hay mejores posibilidades para otras iniciativas regionales importantes como el distrito agroindustrial del Kilómetro 41 y el Patio de contenedores que se pretende consolidar en Chinchiná. De la velocidad que todos estos proyectos alcancen en sus concreciones y ejecución dependerá que puedan surgir sinergias y salir adelante de manera exitosa.