LA PATRIA | MANIZALES

El CTI Caldas y los batallones Palacé de Bugá y Ayacucho de Manizales detuvieron el lunes a otro integrante de la banda organizada Los Zarzaleños, conformada por policías, que decomisan drogas en las vías del Valle del Cauca para luego vendérsela a comerciantes de estupefacientes, especialmente, de Chinchiná.

El detenido es un patrullero conocido como el Flaco, adscrito a la Sijín de Roldanillo, natural de Andalucía (Valle). A él le seguían los pasos desde hace casi dos meses, cuando se enfrentó a bala con los investigadores, de civil y usando el arma de dotación, y logró escapar aprovechando que estas personas no conocían la ciudad.

Se entregó el lunes, por la presión de las autoridades. En audiencia no aceptó cargos, pero lo mandaron para la cárcel de manera preventiva. Lo señalan como el segundo al mando del grupo.

El 16 de mayo aprehendieron a otro policía, apodado Zarzal, cuando salía de una casa de la calle 8A con carrera 4N, del barrio Tres de Mayo de Roldanillo, en la que tenía guardados 41 kilos de cocaína, listos para negociar. El patrullero no aceptó cargos, pero lo mandaron para la cárcel. Ese día escapó el Flaco.

Luego agarraron a José Lucio Londoño Jaramillo, alias el Burro, padre de Zarzal. Se desempeñaba como funcionario de la Alcaldía de Chinchiná, donde laboraba a veces como conductor, según la Fiscalía. Aceptó ante un juez que hacía parte de esa banda, pero quedó libre, a la espera de sentencia, que sería de unos 36 meses. Se encargaba de conseguir los clientes del clorhidrato de cocaína en Manizales y Chinchiná.

En las investigaciones, que incluyeron interceptaciones telefónicas, se determinó que recientemente los policías se robaron 109 kilos y lograron vender 68, a $3 millones 300 mil cada uno. Es decir, $224 millones. Su cliente: el Clan del Golfo.

No es la primera vez que la Fiscalía Segunda Especializada ante el Gaula Caldas y el CTI del departamento desarrollan este tipo de operativos. El año pasado detuvieron a seis policías en el Valle del Cauca.

Así era

Policía de Carreteras decomisaba la droga y dejaba el estupefaciente a disposición de integrantes de la Sijín de Roldanillo (Valle), quienes luego lo vendían.