Cómplices dolidos habrían ayudado a resolver hurto en Bancolombia de Manizales

LA PATRIA | MANIZALES

"No les voy a dar la plata porque se enloquecen, más adelante se las entrego". Esta frase se las habría dicho Adrián David Díaz Martínez, de 30 años, dueño del restaurante Don Ramón, luego de coronar el hurto, a las personas que participaron en el millonario robo a Bancolombia, en octubre pasado, en Manizales.

Según las investigaciones, Adrián David y otro hombre se apoderaron del dinero y les "dieron en la cabeza" a sus socios. Este hecho, más otro ocurrido antes del hurto, abrió las puertas para orientar la investigación y dar con los supuestos responsables del robo.

La Policía y la Fiscalía reportaron esta semana la detención de cinco personas: Rafael Antonio Posada Londoño, alias Chiquito, de 62 años, quien trabajaba para una empresa de Medellín que les hacía mantenimiento a las bóvedas de la entidad financiera, y quien aceptó cargos el jueves; Luis Alberto Aguirre Arboleda, de 21, mesero del restaurante Don Ramón, quien se irá a juicio y accedió a que le practiquen una prueba de ADN; Carlos Alberto Villegas García y Martín Castañeda Rivera, expertos en alarmas y sistemas de seguridad bancarios; y el dueño del restaurante.

Estos últimos tres recusaron al juez, pero el viernes les negaron esa solicitud. Ayer las cinco personas detenidas esta semana como supuestos responsables del millonario hurto a Bancolombia fueron enviados a la cárcel. El miércoles, Rafael Antonio Posada Londoño, alias el Chiquito, de 62 años, experto en bóvedas, aceptó cargos; y Luis Alberto Aguirre Arboleda, mesero de Don Ramón, se declaró inocente.

Anoche en la audiencia para los otros tres, incluido el dueño del restaurante Don Ramón, Adrián David Díaz Martínez, y para Martín Castañeda Rivera y Carlos Alberto Villegas, expertos en alarmas, quienes no aceptaron cargos, pero el juez los mandó a cárcel La Blanca de manera preventiva, mientras se desarrolla el juicio.

Se enfrentarán a penas entre los 12 y 15 años.

El de Cartago

Según se dijo en audiencia, antes de octubre pasado un sujeto le propuso a Chiquito robar un banco de Cartago, que hizo inteligencia y que detectó una casa al lado, que estaba en arriendo. Sin embargo, analizaron y concluyeron que esa entidad manejaba, como máximo, $1.500 millones y era de difícil acceso.

En cambio, el de la Avenida Santander de Manizales albergaba más de $2 millones y era más vulnerable. Eso se quedó así. Chiquito concretó el robo con otro sujeto diferente, que a la vez metió al negocio al dueño del restaurante.

Le dijo que necesitaban a alguien que pusiera plata y gente. Por eso Adrián incluyó a Luis Alberto y a una mujer conocida como Yuli, meseros de su establecimiento. La idea era que las personas mayores se encargaran de la inteligencia y los más jóvenes de trepar por la espesa ladera detrás del banco (ver infográfico).

El hurto se concretó, pero Adrián David no les entregó lo que les correspondía. Eso llevó a algunos a convertirse en informantes y colaborar con las autoridades. Entre ellos el hombre que se craneó el robo de Cartago, pero a quien sacaron del golpe en Manizales. Los echó al agua. Lo mismo habría ocurrido con la mesera, molesta porque no le dieron su dinero. Aseguró que su jefe la amenazó.

En las indagaciones se estableció que Adrián David pretendía abrir sucursal de su restaurante en Pereira, cambió de apartamento, estuvo en España, México y en el Mundial de Rusia. Se cree que con el dinero del robo. Además, se tenía planeado efectuar el operativo meses atrás, pero no se pudo porque este implicado andaba de viaje.

Adicional a eso, en la audiencia del jueves se presentaron grabaciones de llamadas telefónicas que indican que de los celulares de Adrián, Luis y Yuli entraron y salieron comunicaciones localizadas dentro del banco en la hora y día del hurto. Además, en el primer piso de la entidad dejaron una memoria microsd, que contenía fotos de algunos de los hoy detenidos.

Estas detenciones no significan que los señalados sean culpables. Será un juez de la República quien determina si son responsables de los hechos que les atribuyen.