LA PATRIA | MANIZALES
Madres, tías, hermanas y allegadas de cuatro hombres señalados de participar en la muerte violenta de Juan Diego Suárez Díaz, de 14 años, en el barrio Villa Pilar, lloraron ayer sin cesar en la sala 214 del Palacio de Justicia de Manizales. Unas de tristeza y otras de alegría.
Cuando el juez Primero Penal del Circuito de esta ciudad indicó que tres de ellos son culpables del homicidio y el otro inocente, empezaron los lamentos. A la audiencia acudieron solo tres: Álvaro de Jesús Cardona Henao, alias Cartucho, de 33 años; Nelson Eduardo Guerrero Valencia, de 23, conocido como el Gato y el otro hombre al que absolvieron.
Carlos Andrés Burgos Echeverry, alias Burgos, de 36 años, no fue. Trabaja en la Dirección Territorial de Salud de Caldas y en el momento de la lectura del sentido del fallo estaba laborando.
El juez ordenó trasladar a la cárcel a Cartucho, acusado como coautor del crimen; y emitió la orden de captura contra Burgos, quien actuó como cómplice. A el Gato le dieron detención domiciliaria y permiso para seguir laborando como conductor de Unitrans. A él lo señalaron de encubrimiento. Su pena sería menor a los 8 años y por eso le otorgaron casa por cárcel.
El próximo 6 de julio, desde las 8:30 de la mañana, se conocerá su condena. La defensa de los dos primeros apelará del fallo ante el Tribunal Superior de Manizales. Por este crimen ya hay un sentenciado: Julián Ceballos Marín, el Sapo, a 28 años y nueve meses. Confesó el hecho, pues la necropsia arrojó que solo una persona apuñaló al menor.
A Suárez Díaz lo mataron el 8 de octubre del 2014. Lo hallaron en una ladera de la antigua vía a Arauca el 16 de ese mes. Su mamá denunció que él salió de Villapilar, donde vivía, a entregarle $4 mil a un amigo del sector de La Curva, adelante del control de busetas del barrio. Allí tenía su grupo de parceros.
En el juicio se conoció que el menor sufrió antes de su muerte. Salió a pagarle un machete a alias Cartucho, pues en una requisa la Policía se lo decomisó. Según un testigo, al hombre no le pareció suficiente el dinero que le dio y junto al Sapo lo entraron a rastras a la casa del primero y lo hicieron sentar en una silla.
Una vez adentro llegó en una moto el Gato y pese a las súplicas de Juan Diego para que no lo mataran, se ensañaron con él. Le propinaron dos puñaladas y un golpe con un arma contundente en la cabeza, alrededor de 15 puñaladas en el pecho y un número indeterminado en las piernas.
La familia del menor ya había denunciado amenazas contra el joven, que llegaban a través de las redes sociales
Al absuelto lo confundieron con otra persona por su contextura gruesa y no tenía amistad con la víctima y los otros señalados.
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