Hay unos momentos en los que Willy se siente libre, cuando les cuenta a los estudiantes de colegios de Manizales su experiencia y los conmueve con su relato. En el momento en que los jóvenes están más abrumados, el dragoneante del Inpec Adrián García los conduce a una celda oscura, donde se puede sentir lo que viven los internos de La Blanca de Manizales cada día.
Willy intenta demostrar su inocencia en un proceso que ha llevado hasta la acción de revisión de la sentencia condenatoria de 36 años, por homicidio. Pasa los días estudiando psicología e ilustrando a los muchachos que “Delinquir no Paga”, como se denomina el programa y que lleva a alumnos de colegios a probar durante 3 horas cómo se vive en la cárcel.
Colegios
LA PATRIA presenció la experiencia de los estudiantes de grado 11º del Colegio La Linda. García explicó que en todos los casos se hace una visita previa a las aulas, coordinada con las directivas de las instituciones educativas.
Se trata de la primera parte, en ella se muestran las condiciones de una celda, de un baño, de los espacios que hay en un centro penitenciario y se compará con los de una vivienda familiar. Es la primera advertencia de lo que le espera a quien es capturado, procesado y condenado por un delito.
A ciegas
Cuando no se puede ver, la reacción instintiva del ser humano es agudizar sus otros sentidos, en particular el oído. En el pasillo principal a los jóvenes se les pide que se pongan unas vendas que previamente les suministran.
Sienten el acoso de los internos al pasar por la reja que separa el patio de los pasillos. Suben a las celdas. Son tres pisos oscuros de día y mucho más en la noche. “En una ocasión saqué a un interno de noche porque hubo una riña. Debía pasar por un espacio abierto y miró hacia arriba y caminó sin dejar de observar en esa dirección. Le pregunté qué le pasaba y respondió que llevaba mucho tiempo sin ver el cielo de noche”, recuerda García.
Familia
Willy no solo habla de los internos. “Cuando una persona está en la cárcel, es como si toda la familia estuviera encerrada”, comenta.
El hacinamiento carcelario ha vuelto más dramático el cumplimiento de las condenas. No importa lo que se limpien las celdas, porque aún vacías la transpiración de cuatro personas permanece en un espacio que es solo para un interno. Hay mucha oscuridad.
El relato de Willy derrumba a varios jóvenes que lloran en silencio. Las vendas se humedecen. “Aquí hay personas que dizque eran muy duros afuera, pero terminan dando nalga por una dosis de bazuco”, cuenta.
Salida
Luego de tres horas sintiendo lo que significa la pérdida de la libertad, los estudiantes salen de La Blanca. Bastó solo unas horas para sentir cuánto ahoga el encierro hasta el punto de abrir los brazos y exhalar un enorme suspiro, tan pronto cruzan la puerta.
Varias reflexiones finales se hacen. Jhon Fáber Londoño Pinilla, docente del Colegio La Linda, conoce el programa desde hace varios años y ha acompañado a grupos de varias instituciones educativas. “Estas vivencias que se les dan, conociendo la cárcel, como se vive tiene que marcar la historia de cada uno y la toma de decisiones, ojalá buenas”.
El programa
“Delinquir no Paga” es un programa nacional que funciona hace 10 años y que siempre está a cargo de funcionarios del Inpec, pero en Manizales desde el año pasado cuenta con la participación del interno Willy y el dragoneante Adrián García.
Cifra
1.280 estudiantes de Caldas han vivido la experiencia del programa “Delinquir no Paga”.
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