LA PATRIA | MANIZALES
En el barrio Tokio, de Villasantana, se registró un asesinato después de siete días de tranquilidad en Pereira. Allí balearon a Yeifer Mauricio Morales, de 18 años de edad, habitante de Chinchiná.
El crimen, del que no hay testigos, ocurrió a las 12:30 p.m. Solo se sabe que los vecinos oyeron tres detonaciones en un callejón de la invasión La Mina y que una ciudadana que pasó por allí vio al joven muerto.
El rumor del crimen se regó en el barrio y rápido llegó a oídos de los dolientes. La abuela y los tíos corrieron a confirmar, pues no daban crédito a la noticia, ya que Yeifer había llegado hace solo 20 días para pasar vacaciones.
Según la familia, el joven tenía planeado regresar a Chinchiná, donde vivía con su mamá, pero decidió quedarse un día más. El martes salió de la casa de su abuela y no volvió.
Mientras se realizaba la inspección del cuerpo, personas del barrio comentaron que al parecer este joven había recibido amenazas, pues lo señalaban de haber cometido varios hurtos. Sin embargo, esto es materia de investigación, al igual que el crimen y la identidad del agresor, quien lo citó en el callejón para darle muerte.
Se conoció que en la mañana del miércoles Yeifer iba a ser víctima de linchamiento de la comunidad "porque presuntamente iba a cometer un hurto". La Policía se lo llevó para el CAI y luego quedó en libertad, donde horas después se conoció su muerte.
Tenía tres hermanos, era soltero y estaba desempleado.
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