"Necesito que me mate": Álvaro Enrique Aristizábal

Al principio, la muerte del empresario manizaleño Álvaro Enrique Aristizábal Calderón, de 52 años, hallado sin vida el 19 de abril del 2015 en el sector La Quinta, de la vereda El Arenillo, parecía un homicidio en medio de un atraco. Sin embargo, un año después, alias Ñero le contó a este medio, un día antes de entregarse a las autoridades, que el fallecido le pagó $2 millones por asesinarlo.

Ñero, autor material e intelectual, paga 17 años de condena por ese caso. Otras tres personas también fueron sentenciadas. Aristizábal Calderón fue dueño de Bar C, (en el Cerro de Oro) y del Estadero Las Colinas (en Chipre). Además, organizó fondas y arrierías en varias Ferias de Manizales. Era propietario de los restaurantes Drive in Cerritos y la Albahaca. 

Al parecer, el empresario estaba acosado por las deudas y quería evitar que su familia se quedara en la calle. "Don Álvaro me dijo: necesito que me mate, así mi familia podrá cobrar un seguro y no le faltará nada. Valgo más vivo que muerte", relató el confeso asesino.

"Nos vimos en El Arenillo. Me subí a la camioneta y conversamos. Me pidió que le desabrochara la camisa, para que se creyera que lo maltratamos para robarle. Antes de bajarnos del carro le insistí, como tres veces, en que tenía tiempo de arrepentirse. Me respondía: no me diga eso, tiene que hacerme el favor. Llevé el arma, un revólver 38 de seis tiros. Don Álvaro me dijo que no había marcha atrás y pidió que lo dejara en un lugar donde lo encontraran fácil".

El caso se empezó a resolver gracias a las cámaras de seguridad, que registraron los movimientos de un expolicía, también condenado, quien ubicó su moto en el CAI del Parque del Agua y se subió a un Mazda gris, que posteriormente siguió a la camioneta de la víctima. 

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