LA PATRIA | MANIZALES
Cuando un policía abordó a Marco Aurelio Zamora García para requisarlo, prefirió entrar a su casa, sacar un bate y golpearlo en el brazo izquierdo. Esa actitud le salió cara, pues por ese delito, conocido como violencia contra servidor público, el Tribunal Superior de Manizales le ratificó el martes una condena de 48 meses, que paga en la cárcel La Blanca de esta capital.
A Zamora García le figura en la Rama Judicial otra sentencia a 10 años de prisión por porte ilegal de armas de fuego, desde 2015. El martes llegó a la audiencia, donde lo esperaba su familia.
Su defensor había apelado de la sentencia de primera instancia porque consideró que no se demostraba la veracidad de lo narrado por el afectado. Además, que no se le dio valor a lo que relató un testigo, tío del sentenciado.
Los hechos ocurrieron el 4 de mayo de 2014, a las 9:00 de la mañana, en el barrio Campoamor. El Tribunal indicó que se demostró que el afectado es patrullero desde 2012 y que la agresión la recibió estando en ejercicio de sus funciones.
"Su testimonio fue sin ambages, sin dubitaciones, merece toda la credibilidad para la Sala. Se apega a la realidad de lo acontecido. Otro patrullero que lo acompañaba fue testigo de lo que pasó cuando le pidieron un registro personal a Zamora García. Respondió de manera agresiva, grosera y amenazante, sobre todo en contra de la víctima. Tuvieron que pedir refuerzos", anotó el juzgador.
El patrullero estuvo 12 días incapacitado. En juicio oral el sindicado reconoció que se armó de un bate, luego de recibir tres golpes en la espalda con una tonfa, de lo que, según el Tribunal, no existen pruebas; mientras que de la agresión al uniformado, sí.
Añadió que los policías acudían constantemente a esta zona por solicitud de la propia comunidad, que elevó varios derechos de petición. "Impidió que los uniformados cumplieran con su labor".
Sobre las manifestaciones del tío del acusado, expresó que no es creíble que viviendo el acusado en el barrio San Joaquín, haya ido hasta Campoamor, a unas seis cuadras, a comprar unas arepas. Menos que el policía lo haya retado a pelear y que el familiar pasara en ese instante por el lugar y no hiciese nada por defenderlo. Además, Marco Aurelio no se enteró de que su tío observó los acontecimientos, al menos no lo dijo. "Y eso sí tiene lógica: su tío no fue testigo presencial", concluyó el Tribunal.
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