Para extorsionistas una vez era poco

LA PATRIA | MANIZALES

Para un grupo de delincuentes no solo era suficiente llamar a sus víctimas y exigirles dinero porque un supuesto familiar estaba en líos judiciales, delito conocido como la extorsión tío tío, sino que volvía a atacar para que el afectado le diera más dinero por incurrir en el soborno.

Todo se inicia cuando un sujeto se hace pasar por sobrino, yerno, primo o nieto de un ciudadano, lo llama y le pide ayuda bajo la excusa de que la Policía lo detuvo en su carro con un arma de fuego, droga o con un documento falso. También se hace pasar como integrante Policía y le dice que su allegado le provocó lesiones a otro.

Cuando cae en el engaño, le empiezan a pedir dinero y efectúa giros. El delincuente, según el Gaula, aprovecha la premura y el desespero del afectado, quien luego de girar el dinero cae en la cuenta de que es víctima de extorsión.

En Manizales, siete ciudadanos resultaron afectados y denunciaron. Durante seis meses se adelantaron las investigaciones que permitieron la captura, el pasado martes, de siete integrantes de una banda en Bogotá, Boyacá, Tolima y Chinchiná. Su función era recibir los giros.

Las llamadas las realizan delincuentes de amplia trayectoria criminal recluidos en cárceles. Ellos, además, reclutan a los cobradores. Se conoció que los detenidos se dirigían a otras ciudades para efectuar los retiros con el fin de evadir a los investigadores.

La Policía de Manizales manifestó que en algunos casos el supuesto policía contactaba a la víctima nuevamente y le manifestaba que por enviar el dinero a un funcionario público habría incurrido en otro delito, por lo que debía hacer una segunda consignación para no meterlo en líos judiciales.

Exigencias

Los delincuentes exigían a sus víctimas sumas entre $160 mil y $2 millones 500 mil. La banda ofrecía una cantidad por el cobro del giro y por reclutar cobradores.

Los roles

Los investigadores capturaron al cabecilla conocido como el Paisa, encargado de recopilar información y distribuir funciones a Marcos, Aleja, Karito, Luz, Memo y la Tati, quienes reclamaban los giros y los reenviaban a otras personas en otras ciudades, como amigos y familiares.