LA PATRIA | MANIZALES
La molestia de los riosuceños por los disturbios del pasado 22 de julio, durante la instalación de la República Carnavalera, todavía se siente. Denunciaron que quien promovió el desorden es un mayor del Ejército y que además se burló de los policías que lo detuvieron.
Ese día, hacia las 2:00 de la mañana, los uniformados llegaron a un parque y les solicitaron a los ciudadanos que se retiraran porque el permiso para festejar era hasta esa hora. Luego se dirigieron a otro parque, en donde no contaban con permiso, y encontraron a un hombre con música en su carro.
Testigos aseguraron que cuando los policías le pidieron al sujeto que apagara el equipo, este reaccionó de manera violenta y animó a otras personas para que los agredieran. Se armó una asonada y les lanzaron botellas.
Tres agentes sufrieron lesiones leves, fue necesario el uso de gases lacrimógenos y al sujeto, quien resultó siendo un mayor del Ejército, lo trasladaron a la Estación de Policía.
Ahí empezó un nuevo caso de "usted no sabe quién soy yo". Los testigos sostuvieron que el hombre se burló de ellos y les dijo que saldría fácilmente porque era amigo de un oficial de Policía.
Luego efectuó una llamada y minutos después obligaron a los funcionarios a dejarlo en libertad, no judicializarlo por violencia contra servidor público ni por asonada y en cambio solo le impusieron dos comparendos por irrespeto a la autoridad y consumo de bebidas embriagantes en sitio público.
Negaron las quejas
La Policía de Caldas señaló que no hubo captura en flagrancia, debido a que se debió esperar a que se calmaran los ánimos para ubicar al mayor del Ejército y lo que se hizo fue aplicar el Código de Policía. Añadió que no se reportó el maltrato hacia los agentes. Por tratarse de un oficial se pasó el informe a las autoridades militares.
El coronel Edwin Vargas Cerón, comandante del Batallón Ayacucho, aseguró que se tuvo conocimiento de la gresca, pero no sobre la identidad del militar involucrado, por lo que esperan el informe oficial que les debe entregar la Policía, para enviar el caso a Armenia y adelantar una investigación disciplinaria.
"El Ejército, ante estos comportamientos, es radical. Podría dar lugar a sanciones o suspensiones", concluyó el oficial.
El mayor involucrado en la denuncia sostuvo que tal y como anunciaron las autoridades, el problema sí ocurrió, pero que no ejerció ninguna presión sobre los policías. "El palo no está para cucharas, esto hubiera sido diferente, son especulaciones y yo no estaba ejerciendo", concluyó.
Sin civiles lesionados
Después de los disturbios, al hospital de Riosucio no ingresaron civiles lesionados. Alrededor de 400 personas se concentraron en el sitio de la gresca.
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