La seguridad en la base de datos de las redes sociales más influyentes del mundo como Twitter, Facebook, Instagram o Linkedln se vió altamente comprometida cuando salió a la luz el robo de datos de la compañía presidida por Mark Zuckerberg, este fue cometido por la empresa Cambridge Analytica y tuvo como consecuencia una iniciativa de los usuarios de la red Facebook para cerrar sus cuentas inmediatamente.
Este suceso ocurrió en el contexto de un mundo digitalizado, donde gran parte de nuestras vidas es realizada o gestionada por internet, desde enviar correos electrónicos, el guardado de datos bancarios o la utilización de las redes sociales, que tienen como principal objetivo la creación de medios de comunicación adyacentes a los tradicionales y donde se puede interactuar de una manera más personal a partir de la utilización de toda tu información de interés.
Debido a esto último, muchos se han cuestionado las políticas de confidencialidad en estas empresas, gracias a su fácil hackeo por una empresa de minería de datos que ha estado involucrada en varios planes fraudulentos por el mal uso de los mismos, incluso con acusaciones como manipulación de masas en temas como Brexit o elecciones de los Estados Unidos.
Esta empresa (Cambridge Analytica) se basó en los datos de Facebook para generar contenido de importancia sobre el contexto social de ese momento, es decir, lo que era importante para las personas, generando influencias y manipulaciones a estas para generar un comportamiento esperado.
Esto significa que una persona como usuaria de Facebook, a partir de los problemas ocurridos están pasando por una fase de reflexión, donde salen criterios como la entrega de información personal a desconocidos, el miedo al robo de sus datos personales, seguridad familiar, pérdida de dinero por robo de identidad, entre otros.
Los criterios mencionados, a pesar de ser válidos, no son intencionales por la red Facebook, quien tiene unos términos de servicios bien establecidos y se basan de manera íntegra en la generación de datos identificables entre los millones de usuarios, vendiéndolos a los anunciantes para finalmente poder generar una plataforma gratuita. Tomando esto en cuenta, las acciones emprendidas por CA fueron en contra de estos términos de servicio, invadiendo la base de datos de la red pasando exitosamente por las “excelentes” medidas de seguridad de la empresa.
Si repasamos las medidas de seguridad, Facebook tiene unas políticas bien avanzadas en cuanto a páginas web se refiere, permitiendo la privacidad de tus datos cuando vas a acceder a una página desconocida (informándote previamente del uso de tus datos). Como extra, la red social usa tecnología Secure Socket Layer, durante la transferencia de datos en el uso de la cuenta, significando esto que cuando inicias sesión o hablas por el chat, toda esta información está encriptada.
Finalmente, ¿qué podemos hacer si estas políticas fallan? Primero, los usuarios deben tener más cuidado cuando se trata de otorgar acceso a tus datos. Debemos mejorar la creación de contraseñas seguras siguiendo (en algunas páginas) los indicadores preestablecidos. Como última medida, los usuarios deben informarse sobre términos y condiciones de las empresas, así como de técnicas de fraude. Solo así podremos estar seguros de a quiénes le suministramos nuestra información (más) valiosa.
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