Volcán Cerro Bravo

Foto | Tomada del Twitter de @je_aristizabal | LA PATRIA

Juan Aristizábal, investigador en movilidad de la Universidad Nacional, utilizó los servicios de Google para capturar esta imagen satelital del volcán Cerro Bravo. Según él, el círculo rojo indica el lugar en el que se presenta la anomalía en una de las laderas del volcán que está en actividad verde.

LISET ESPINOZA

LA PATRIA | MANIZALES

El Servicio Geológico Colombiano descartó que las emanaciones de gas y vapor en una ladera del volcán Cerro Bravo sean volcánicos. Considera que la anomalía puede ser de origen orgánico o producto de las actividades humanas. LA PATRIA trae en este trabajo las voces de geólogos para que, desde su experiencia, expliquen la situación entregando cuatro teorías para entender el fenómeno. Análisis.

1. Combustión espontánea

Hugo Fernando Murcia Agudelo, profesor asistente del Departamento de Ciencias Geológicas e investigador del Instituto de Investigaciones en Estratigrafía de la Universidad de Caldas, pasó por la zona con sus estudiantes y manifestó que la interpretación inicial era que sí había una posibilidad de que el origen fuera volcánico, sea por la aparición de una nueva fuente termal.

Pero al ser descartada esa teoría por el Servicio Geológico Colombiano, luego de evaluar los análisis realizados, y "con base en esas evidencias, una posibilidad es que se trate de una combustión espontánea, que es muy común que se dé en algunas partes de la Tierra y es lo que podía estar pasando en este momento por acumulación de materia orgánica en profundidad, pero todavía falta hacer más análisis para estar seguros de lo que pasa en la zona. Una combustión espontánea puede ocurrir por la acumulación de materia orgánica y posterior liberación de metano que hace que de alguna manera, de forma espontánea, se genere este tipo de liberación de gases y aumento de la temperatura".

Según Murcia Agudelo, este fenómeno se ha registrado en varios lugares, incluso con temperaturas de 600 grados y puede demorar hasta meses, por lo que una solución aparente o rápida no hay. "Simplemente es esperar a que se consuma todo lo que hay en profundidad, si es ese el motivo".

2. Manto de carbono

Sebastián García Idárraga, geólogo y especialista en Gestión del Riesgo en atención, prevención y reducción de desastres, indicó que se debe tener en cuenta (como ya lo dijo el SGC) que la emisión de gases y vapor no tienen nada que ver con la actividad volcánica del Nevado del Ruiz, ni de Cerro Bravo. "Ellos tomaron muestras para realizar pruebas geoquímicas y saber qué componentes hay. Esto es como, para que entendamos un poco, si nos tomarán una muestra de sangre. Arrojo que hay una concentración grande de metano, que no es un gas tan característico de los volcanes, como sí lo es el dióxido de azufre. Este último no se registró y por esas razones dicen que no es de origen volcánico", explicó García Idárraga, quien actualmente labora con la dirección de Gestión de Riesgo de la Alcaldía de Pereira y es asesor de Gestión de Riesgo con Antioquia.

Agregó que entre las teorías que toman fuerza para explicar lo que está pasando es que puede haber un manto de carbón o de materia orgánica que está en combustión y que ese tipo de materiales sí generan esas concentraciones de gas metano. "Es una teoría, porque todavía no hay nada que nos dé una verdad del tema y deben seguir los estudios. Un manto de carbón se forma por la acumulación de mucho material vegetal, pero eso no se da de un día para otro, sino de miles de años y de forma natural. Eso que vemos que de color rojo, que la gente dice que es magna, no es más que esa roca que pone rojo ese carbón".

3. Turbera incendiada

Gonzalo Duque Escobar, ingeniero civil de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, especialista en las ciencias de la tierra, en especial la geología y la mecánica de suelos, manifiestó que podría tratarse de una turbera incendiada, o sea un depósito fósil de material orgánico en un medio anóxido y en proceso de carbonatación, que ha entrado en ignición, anunciándose con la zona de rocas a mayor temperatura por donde entra el oxígeno para la combustión.

"Coincidimos sobre esta posibilidad, entendiendo también que de tratarse de una turbera como fuente de calor, asociada a material orgánico que pudo ser sepultado por un evento volcánico, esta entraría en combustión por un eventual rayo como detonante que no captan bien los sismógrafos. Además, aunque la extensión y geometría de la supuesta turbera son desconocidas, podría asumirse que el horizonte temporal de dicha fuente de calor no debe ser muy largo: meses o años posiblemente".

Añadió que también debe explorarse la posibilidad de una pantalla térmica o cualquier barrera para aislar de la alta temperatura el gasoducto y poder restablecer rápidamente el servicio. "También resultaría imperativa la intervención en el macizo rocoso sobre la ladera afectada por esfuerzos térmicos y fluidos calientes: mediante inyecciones y mallas con anclajes para asegurar la estabilidad de la carretera, pero previniendo las interacciones del agua con la roca caliente y el impacto de las vibraciones mecánicas".

4. Combustión latente

Guillermo Rein, ingeniero español de ciencias del fuego en el Departamento de Ongeniería Mecánica del Omperial College en Londres, dijo que el fenómeno es una reacción química que genera energía y que lo más probable es que se trate de un incendio de combustión latente que se caracteriza por no tener llama. A través de su cuenta de Twitter añadió que las imágenes en las que se ve vapor y roca al rojo vivo dentro del volcán confirman su teoría.

"Esas imágenes corresponden a un incendio de combustión latente. El combustible podría ser turba, un suelo rico en carbono (histosol) o una veta de carbón". Además, a través de Blu Radio anotó que estos incendios ocurren en todos los continentes, todos los años y que son los más grandes que existen, porque son difíciles de apagar. Algunos ejemplos son los registrados en Australia y República de Malí en donde en un principio pensaron que estaban relacionados con actividad volcánica y una vez investigados descubrieron que se trataba de un incendio de combustión latente. "Hay suelos que son inflamables, es decir, que pueden quemarse como puede ser la turba o suelos que tienen alto contenido en carbono. Incluso puede ser que haya una veta de carbón o hay algún tipo de combustible en el suelo, este en sí se oxida, libera energía y crea combustión latente. Estos incendios son muy difíciles de extinguir más que los incendios con llama y se propagan muy despacio", explicó a la emisora nacional.

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